Capítulo 33

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—Hanna — me llama Kathe estamos en su casa, si en Miami Christian logró lo que tan quería  — Gabriel llegó.

—Ya bajo — cierra la puerta. Ana se había dormido recién, no durmió en el viaje.

No sé por qué demonios tuve que venir pero no quiero perder a Ana e intento entender la actitud de Christian.

Bajo a la sala Gabriel fue a ver la maldita demanda de Christian, ni por qué estoy aquí se a detenido.

—Dime que son buenas noticias — le digo con una media sonrisa mientras, tomo asiento.

—No son tan buenas — el miedo se apodera de mí — Christian tiene posibilidades de quitarte a Ana — todo mi cuerpo empieza a temblar no quiero perder a mi hija.

Las lágrimas caen por mis mejillas una tras otra.

—Hanna cálmate no te hace bien — Kathe me abraza e intenta tranquilizarme.

Pero no puedo, es mi hija y no me la va a quitar.

—¡No¡ — me pongo de pie — ¡Christian no me hace bien! — le gritó — ¡No me va quitar a mi hija! — salgo de la sala y busco las llaves del auto y sin más salgo.

—¡Hanna! ¡Hanna detente! — me grita Kathe y Gabriel pero ya estoy arta de esto ya no más.

Arrancó el auto y voy a dónde Christian debe detenerse, debe parar con todo esto ya no puedo más.

(..)

—Soy Hanna — el guardia duda pero me abre la puerta.

Al entrar freno el auto de golpe al ver a Christian junto aquella mujer de la fiesta. Están saliendo de la casa, mi pecho dalia verlos juntos,  dolía aún asi no puede apartar la vista de ellos hasta que me logran verme.

Sé que no tenía derecho a estar celosa pero lo estaba, me daba rabia verlo junto a esa mujer y me dolía ver que él ya me había olvidado.

Limpio mi rostro y arrancó el auto doy vuelta para salir pero la puerta está cerrada, sueno la bocina del auto y las puertas se abren.

Salgo de tan de prisa que casi chocó con otro auto, pero logró frenar.

Intento tranquilizarme dejar de llorar, pero no puedo. Esto me da la radio y golpeó el volante como una loca, mientras me desahogo.

Todo estaba complicado, Christian nuestra relación, su maldita actitud, mi maldita vida que es un mar de dolor.

—¡Hanna! — miro hacia la ventana es Christian quien golpe el vidrio mientras me pide que baje del auto.

Voz Christian.

—¡Abre el maldito auto! — gritó pero ella solo mi mira es como si estuviera en trance — ¡Hanna! — de la nada arranca el auto — ¡Hanna! — pero no me hace caso.

—Vamos — es Sabrina — sube hay que seguirla — me subo y empezamos a seguirla, está conduciendo como una loca.

¡Maldita sea! Esto es mi culpa si algo le pasa no me lo voy a perdonar.

No apartó la mirada de su auto mientras vamos atrás, no quiero que le pase nada, no me lo perdonaría la amo.

Nos detenemos en la playa ella no baja del auto.

—Gracias hablamos mañana — abro la puerta pero Sabrina me detiene.

—No, no vamos hablar mañana — junto mis cejas sin entender — la amas — me asegura, y si la amo por más que duela la amo — no esas idiota — me suelta y me sonríe — por qué la vas a perder y está vez para siempre.

—Gracias — se lo digo de corazón.

Me bajo y Sabrina se va, Hanna baja del auto y camina hacia la playa. No digo nada me acerco a ella y camino a su lado.

A unos pasos del agua ella se detiene, la miro su mirada está perdida en el mar, el viento roza su rostro y cabello se ve tan hermosa.

Una lágrima cae por su mejilla y a la vez una sonrisa se forma en sus labios.

—¿Me amas? — me mira a los ojos — por qué yo no — sus palabras me dolieron, era con fierro hirviendo que atravesaba mi cuerpo — yo no amo a este Christian — se limpia las lágrimas he intenta dejar de llorar — que solo me hace daño, no lo amo.

—¿Y como quieres que actúe Hanna? Me has hecho mucho daño — le digo molestó.

—Lo se, sé que viviste un infierno por mi, pero yo también viví un infierno cuando tú no estabas — me rió por sus palabras.

—Si un infierno — digo sarcástico — un infierno en los brazos de Christopher — le digo furioso.

—Si, sabes lo que es que un hombre te haga el amor y no sentir nada, yo no sentía nada comparado con lo que tu me provocabas — sonríe y limpia su rostro con enojo — sabes lo que era levantarme de mañana y abrir mis ojos y verte a tí, querer besarte y darme cuánta que no eras tú, que solo era mi maldita mente jugando conmigo — se acerca a mí y me coge el rostro entre sus manos.

Voz Hanna

—Los dos sufrimos Christian — intento parará con todo esto — ya no quiero sufrir — le pido.

—¿Que quieres? — me dice con rencor.

—Quiero a mi Christian, al hombre que siempre me saca una sonrisa y no lágrimas — me alejo de él — quiero al hombre que me hacía la mujer más feliz del mundo, el que me ayudó a superar mi pasado, quiero a mi Christian — le digo entre lágrimas.

—Ese Christian ya no existe, tu lo mataste — sonrió.

—Yo lo mate — repito sus palabras que dolían pero tenía razón yo la había matado, asiento — tienes razón yo lo mate — no decimos nada.

—Respecto a la demanda — lo miro atenta quería que para aunque sea con eso — la voy a detener con una condición.

—¿Cuál? — haré lo que sea.

—Que vivas en mi casa.

—¿Qué? — digo sorprendida.

—Quiero que vivas en mi casa hasta que Ana cumpla un año — ¿Que? — después de eso podrás irte de la casa y yo podré verla cuando quiera, ¿Aceptas?

—No crea que sea buena idea, tu y yo bajo el mismo techo — le digo sincera.

—No quiero estar lejos de Ana

—Podrás verla cuando quieras Christian, eres su padre jamás te lo impediría —.

—Lo se, es solo que, quiero llegar a la casa y verla y verla dormir — su mirada era de dolor — quiero tenerla en casa.

—Ok — digo sin pensarlo — lo haré.

—Te amo Hanna — abro mis ojos, se acerca a mí y coge mi rostro ente sus manos — Te amo.

—Christian eres bipolar — susurro mientras disfruto de piel sobre la mía.

—Tu me haces bipolar, hay ratos que siento que te odio  — sonríe — pero te amo, y no quiero perderte — sin más sus labios chocan con los míos.

El beso tierno lento haciendo que mi cuerpo tiemble, extrañaba tanto sus labios a él. Me olvidé de todo, solo eramos él y yo. Nada más.

Solo mi Christian y yo, en la playa.

Hola!!!

¿Me extrañaban?

Siento no actualizar tan seguido como antes pero primero volver a hacerlo.

Es que he tenido algunos problemas que espero que se arreglen muy pronto.

Los quiero y muchas gracias por el apoyo y seguir leyendo mi historia.





 

Hanna - El pasado vuelve- (+18).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora