Capítulo 29

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Narra Jesmin

-Bien familia... —Dice mi padre que gracias a Dios estaban en él comedor...
-Preparen sus mochilas que hoy todos nos vamos de acampada.

—De acampada dijeron mamá y Edward mientras que los gemelos solo gritaron Siiiii y subieron corriendo las escaleras.

-Si cariño, y salimos en una hora así que a prepararse.

--Ok cariño, pero no crees que esto le hará mal a Jesmin... -No mi amor, ya verás que le hará muy bien.

—En ese momento Edward se me acerca y me pregunta... –Bebé, estas de acuerdo con esto.

—Yo no le quería mentir, pero se que es por su bien, ya que pueden haber moros en la costa que tengan oídos de perro... Si amor, ya estoy cansada de estar encerrada y necesito aire fresco.

-Esta bien princesa vamos ha preparar él equipaje, o bueno una mochila... —Si, vamos.

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—Ya estamos de camino mientras que yo trato de disimular lo nerviosa que me siento... Uff... Mi padre me comentó qué tras el lugar donde se supone que íbamos a acampar hay un aeropuerto pequeño, lugar donde él tiene un avión privado que sólo ha usado una sola vez. Este avioncito se lo regaló uno de sus socios el cual es dueño de un gran imperio de aviones, y éste lo conservaba como si fuera algo de colección el cual no lo utilizaba, me dijo que le pidió a su socio que le mandara a su mejor encargado para que revisara el avión y lo pudiera manejar, todo ya está preparado, sólo hacía falta que lleguemos al lugar y con Dios por delante, todo saldrá bien estoy absolutamente nerviosa.

—Por otro lado como seguridad, solo se encontraba con nosotros él primó de mi madre, el general Torres al igual que era él único enterado de todo.

-Mi amor que hacemos aqui?... — Dice mamá con una expresión de confusión.

-Lo que hacemos aquí amor, es lo que deberíamos haber echo hace un mes, que digo meses, hace años... Nos vamos a Estados Unidos.

-Queeeeeeee dijo mamá poniéndose de todos los colores.

—Hey tranquila mamá que nadie además de los que estamos aquí y los padres de Edward saben de esto... Y Dios, ahora me siento mal ya que cuando digo esto lenvanto la mirada y me percacto de que Edward me esta mirando de una forma penetrante regalándome su fuerte mirada enojo... por lo que lo único que me sale decirle es. Mi amor no te puedes enojar. Si no les dijimos nada era por él miedo de ser escuchados.

–Bajjjj...—Resopla mi amor y ni me vuelve a voltear a ver. Huyy si que se enojo.

-Bueno, bueno. Suban todos que nos espera un largo viaje.
 
—A esto nadie dijo nada, solo asintieron y nos montamos en él avión.

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