Capítulo 4: Famoso pay.

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Estaba llegando a casa, Jayco se ofreció a traerme y no lo rechacé, realmente me sentía muy cansada y lo único que no quería hacer era caminar.

–¿Marcus?, ¿Lisa?, ¿Niall?, ¿Liam?, ¿nadiee?– Okey, al parecer no hay nadie.

Tranquilidad para mi. O eso creo.
Me gustaba estar sola, bueno me gustaba cuando mis hermanos no trataban de hacerme siempre bromas, o quemaban la cocina o metían ratas en el cuarto de cualquier otro.

No lo niego, yo también era así, pero lo que más me gustaba era la venganza que les hacía, no lo hacía de mala gana, al contrario, siempre me divertía haciéndolo.

De repente sentí un pequeño dolor de cabeza, recordé que tenía tarea de álgebra y lloré mentalmente.

¿Por que alguien inventaría la escuela? Digo, ¿no podemos estudiar en casa o que? Ahs, odio la escuela, enserio odio tener que levantarme temprano y solo para calentar mi trasero en una banca.

Me dirigía a la cocina en busca de comida cuando encontré una nota en el refrigerador. Me acerqué y leí con cautela.

"Brooke y gemelos, salí con unas amigas al centro comercial, Marcus no tardara en llegar. Ah por cierto, les guarde una rebanada de pay.
Cualquier emergencia llámenme o a Marcus."

Besitos, Lisa.

Ahora entiendo todo, abrí el refrigerador y busqué el "famoso pay", bueno las rebanadas que había. Cuando lo encontré observé que había 8 rebanadas.

Me senté en el comedor y empecé a comer, uhmm, por los dioses del chocolate, esto está más que bueno, estaba agusto disfrutando de mi pay cuando escucho el timbre sonar.

Arrugo mi frente en señal de confusión, no puede ser Marcus, él tiene llaves. Ni Lisa, ella igual. Tal vez sean los gemelos, tss claro, yo les quite sus llaves.

Escucho el timbre sonar de nuevo y me acerco lo más rápido.

–Ya vooy.

Me chupo los dedos y abro la puerta decidida a regañarlos por no entrar por la parte trasera y por haber interrumpido en mi rica degustación del pay.

–Para la otra pueden entrar por la parte trase...–Me detengo en seco al ver que no eran los gemelos.

Era un chico, creo haberlo visto antes en la escuela, no, no lo creo, era ese chico, me miraba con una sonrisa, una muy alegre a decir verdad. No entendía que hacía aquí, no éramos amigos ni nada, así que lo examiné discretamente mientras que él sonreía todavía.

–¿Disfrutas de la vista?– Rió y se cruzó de brazos.

Oh dios, se dio cuenta, pero de algo me servio escanearlo, era Aiden Hamilton uno de los chico más deseados en todo el instituto, según "uno de los más guapos y sexys" de la preparatoria.

–¿Que haces aquí? ¿Se te ofrece algo?– Pregunto al ver que no dice nada. Solo estaba parado mirándome.

–Hola para ti también linda– Ruedo los ojos y lo miro impaciente.

Era el típico niño arrugante y mimado, hijo de papi y mami. Idiota jaja.
No lo niego, tiene lo suyo.

–De nuevo, ¿qué haces aquí?– Estaba empezando a enfadarme realmente.

Se quedó pensativo por unos segundos, sonrió y antes de que dijera alguna estupidez cerré la puerta en frente de él. La que sonrió ahora fui yo.

******

Aiden POV

No lo podía creer, mi madre me había hecho venir a la casa de esta mocosa. Solo lo hago por ella, por que me lo pidió, solo por eso.

Me encontraba afuera de su casa, solo tenía que ser su amigo solo eso. Pero ese era el más grande problema, yo nunca había tenido una amiga.

Me arme de valor y toque el timbre, nada.. espere unos segundos más y volví a tocar y otra vez y otra. Estaba empezando a enfadarme cuando abrió la puerta.

–Para la otra pueden entrar por la parte trase...– Se detuvo al verme. Al parecer no era la persona que esperaba.

No dije nada, realmente me había impresionado, era más bonita en persona de lo que pensé. Observe que empezó a mirarme detenidamente y sonreí.

–¿Disfrutas de la vista?– Solté una pequeña risa y me crucé de brazos en espera de que me contestara.

–¿Que haces aquí? ¿Se te ofrece algo?– Dijo bruscamente. Oh no, a mi no me tratas así querida. No negaré que algo de ella despertó mi curiosidad.

Entonces recordé lo que dijo mi mamá "No te dejes engañar, es más linda de lo que piensas hijo". Sonreí un poco más y hablé.

–Hola para ti también linda– Rodó los ojos y observé que me miraba irritada.

–De nuevo ¿qué haces aquí?– En su voz pude notar cierta molestia. Interesante.

No podía decirle el verdadero motivo, por algo estoy aquí, pensé por un momento que iba a decirle y sonreí al imaginar su reacción de invitarla a salir.

Cuando estuve a punto de hablar cerró la puerta ¿Que le pasa a esta niña? Estire los brazos y me fuí de ahí enojado, nadie le cierra la puerta en la cara a Aiden Hamilton, me las pagará.

Me subí a mi mustang rojo y encendí la radio, tenía que relajarme, espero y no me cause muchos problemas.

¡La Gran Mentira!© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora