Hasta que tengo a centímetros sus labios de los míos, le pego una cachetada y él retrocede por la confusión.
Hasta creían que le iba a dar un beso. ¡Puaj!
–¿Pero que rayos?– Pregunta mirándome molesto.
–Eso te pasa por ser un mal amigo, un horrible amigo, UN TERRIBLE AMIGO– Grito lo último abrazandome a mi misma.
Estaba empezando a sentir mucho frío, espero no tener un resfriado o peor aún, gripa.
–De verdad que estas loca, y yo que creí que me ibas a besar– Exclama confundido.
–¿Qué?, ¿y cómo por que haría semejante estupidez?– Contesto a la defensiva.
Él me mira sorprendido. Yo no soy una más de tú lista, cariño.
–¿Por que es una estupidez besarme?
–Por que escúchame bien– Me acerco tiritando a él– Prefiriria mil veces besar a una chica, antes que a ti.
Y que quede claro que a mi me gustan los chicos. Y mucho.
–Eso no responde a mi pregunta– Se cruza de brazos y veo como su ropa se pega a su cuerpo– Se que mueres por hacerlo, Brooke.
Lo miro asqueada, si supiera que nunca he dado mi primer beso..
–Eso no es lo mio, y por ningún motivo besaria a un hombre como tú, no espera– Reitero mientras sonrío– Jamás te besaria.
Se hecha a reír y lo miro cansada. Se acerca a mi mientras que sonríe con malicia.
–¿Qué quieres apostar?
–Nada, no se ni por que sigo hablando contigo, eres un caso perdido– Término de decir y me alejo corriendo lo más rápido posible.
Al doblar por una esquina me doy cuenta de que estoy lo suficientemente pérdida como para no saber llegar a mi casa. La lluvia seguía fuerte, cada vez se hacía más noche, sin mentir serían como las 12 de la madrugada.
En estos momentos me sentía como la cenicienta, solo que sin el carruaje, sin las zapatillas, sin un amor que me persiga y sin mi hada madrina, solo yo, con un vestido completamente empapado, la lluvia y el enorme silencio a mi alrededor. Si tan solo le hubiera pedido a Madison mi celular antes de llegar a la fiesta todo sería diferente, pero claro, nunca imagine que esto podría llegar a pasar.
Podría tomar un taxi, pero tampoco tengo dinero, no recuerdo el número de nadie y si Marcus o incluso Esteban se llegarán a enterar que estoy pérdida a las 12 de la noche en un barrio que ni dios sabe quienes vivirán, vendrían por mi, me encerrarian de por vida y lo más seguro es que jamás me volverian a dejar salir.
–¡Estoy perdidaaaaaa!– Grito molesta, asustada y cansada.
Nunca había estado sola a tan altas horas de la madrugada.
Me abrazo escuchando el ruido que hace la lluvia al caer, agacho la cabeza para que las gotas no caigan directo en mi cara cuando siento que choco con alguien, levanto la vista y lo siguiente que siento es como me agarran de la cintura. Mi vista se nubla, escucho su respiración agitada y siento un enorme nudo en el estomago.
–Al fin te encontré– Dice mientras me acerca más a su cuerpo.
–¿Cómo fue que....?
No termino de hablar cuando siento que me toma de la cara y me examina, sus ojos mostraban preocupación, sonreí tratando de calmarlo, a pesar de hace unas horas no querer verlo, me alegra demasiado que este aquí.
–No vuelvas a hacer eso, Brooke.
–Estoy bien, lo siento– Me dejo llevar y siento mis ojos picar.
Aprovecho la lluvia y varias lágrimas salen sin permiso, suelto un pequeño sollozo y siento a Josh tensarse.
–Perdoname, soy un completo idiota, entiendo que no sientas lo mismo por mi, entiendo que tú amor no es recíproco, o eso trato de entender, solo no huyas de nuevo.
Asiento y lo abrazo con fuerza, pueda que él sienta más que amistad por mi, pero después de todo, lo miro como a un hermano más.
–Vayamonos de aquí, por favor.
Limpia mi rostro y besa mi frente con cariño.
Me pone feliz el hecho de que me haya encontrado, si no hubiera sido por Josh, no se hasta donde más podría llegar.
–Ven, mi auto esta un poco lejos– Me señala su espalda y sonríe– Anda, sube.
Y así lo hago, me subo en su espalda mientras que él me sostiene de las piernas, recargo mi cabeza en su cuello sorprendiendome al oler su perfume.
–¿Cómo me encontraste?– Pregunto oliendo de nuevo despistadamente el cuello de su camisa verde.
–Realmente no lo se, al principio pensé que irías a tu casa, pero luego descarté esa idea...
Asiento y balanceo los pies como una niña de 8 años.
–¿Te puedo preguntar algo?
–Literalmente ya lo has hecho– Contesta riendo.
–A veces realmente respondes como mis hermanos–Digo tocando su cabello– Bueno, ¿te puedo hacer otra pregunta después de esta?
Siento su cuerpo temblar por la risa.
–Esta bien, si te digo que no seguirás insistiendo de todas formas.
Le doy la razón y suspiro.
–¿Por qué....?
–¿Me enamore de ti?– Pregunta por mi.
–Si...
Siento que baja la velocidad al caminar. Uh, mal momento.
Díganme quien le pregunta a la persona que te acaba de confesar sus sentimientos tan sólo hace unas horas, ¿cómo fue que todo paso?. Claro, yo merengues.
–¿Estas lista?
Agradezco que me pregunte, por que realmente no lo estoy y sinceramente no estoy preparada para tal explicación.
–La verdad no. Mejor dime, ¿Donde esta la traidora borracha de tu hermana?
–La lleve a casa, por desgracia también se mojo.
Asiento sin que me vea.
–Por cierto, ¿qué pasa exactamente entre tu hermano y mi hermana?– Pregunta cambiando el sonido de su voz por una más gruesa.
–¿Por que lo preguntas?, ¿a caso viste algo?, ¿Madison te contó algo?– Cuestiono interesada.
–Pues, no, no y no, solo que entre medio dormida y borracha, susurro el nombre de Niall, y quisiera saber exactamente como porque.
Suelto una enorme carcajada.
–¿Andas de hermano celoso o en modo sobreprotector eh?
Niega y me acomoda.
Que irónico, hace tan sólo unos minutos me encontraba pérdida, asustada, sola y ahora es todo lo contrario.
–¿Me dices celoso a mi?, ¿Tú, la chica que no sabe controlar sus celos?
Chillo tapandole la boca.
–¡No es cierto! Y deja de hablar de mi, que estamos hablando de Madison y Niall– Quito mis manos de su boca y lo abrazo por el cuello– Lo siento si mis zapatillas huelen a queso, leí en Internet que eso da buena suerte.
Reímos y poco a poco mi risa se desvanece.
–¿Crees que soy una terrible persona?– Pregunto al borde de volver a llorar en una misma noche.
–No lo eres– Asegura. De seguro lo dice por que le gusto– Y no lo digo por el hecho de que me gustas, boba.
Ruedo los ojos y vuelvo a recargar mi cabeza en su cuello.
–Independientemente antes de que todo pasara, para mi eras y eres una grandiosa persona, sea lo que sea que haya pasado con Jayco, se va a arreglar, son grandes amigos y siendo sincero, yo no podria estar tanto tiempo sin ti.
Tú no, pero Jayco..... Jayco quien sabe.
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¡La Gran Mentira!©
RomanceUna niña normal, tranquila y sobre todo seria, esa no soy yo, Brooke Johnson; una adolescente la cual tiene miedo de que le vuelvan a hacer lo mismo otra vez, no confío en los hombres, pues lo único que hacen es rompernos el corazón. Y queda más qu...