Capítulo 38: Feria

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Después de haber evitado a toda costa a literalmente todos a lo largo de 3 días. Y cuando digo que a todos, de verdad son a todos; Madison, Gabriel, Bradley, Sheyla y en especial a Josh e Aiden.

–¿Le podrías decir a tu repetido favorito que es lo que te tiene así?

Toco, muevo y juego con mi brazalete, si fuera tan fácil decirlo.

–No lo se, Liam, ese es el problema– Resoplo sintiéndome frustrada– Es que, después de lo que pasó el martes en la noche me siento un poco extraña.

Él me mira con atención como detallando cada palabra que digo.

–Recuerdo que estuvimos viendo la película barata de miedo– Me rasco la parte de mi muñeca derecha y continúo– Después de eso fue cuando se fueron las luces y todos nos asustamos, luego Niall queriendo jugar y después todos nosotros jugando en un circulo.

–Pero ya no recuerdas nada de ahí.

–Pero ya no recuerdo nada de ahí– Confirmo sintiéndome estúpida– ¿Es normal que este molesta conmigo misma por no recordar casi nada de aquella noche?

Y en parte era verdad, pequeñas lagunas de recuerdo me vienen a la mente pero no son del todo nítidas, eso es lo que me frustra, no poder recordar lo que paso y por esa razón evito a todos, por que en mi subconsciente se que algo desagradable sucedio.

–Brooke– Susurra de manera cómplice mientras ve como Niall entra a su habitación.

Él nos mira, toma un conjunto de ropa y con la misma sale. Las cosas entre ellos aún están muy tensas.

–Necesito que me ayudes a recordar, aunque sea la más mínima cosa– Me tiro sobre su cama y tapo mi rostro con la almohada– No volveré a tomar en mi vida.

Liam suelta una enorme carcajada pero el tono de una llamada hace que pare. Miro la pantalla de mi celular y leo en ella el nombre de Josh<3.

–Deberías de contestar– Sugiere el rubio– Quizá el te pueda dar las respuestas que yo no.

–Me siento cruel con él, dentro de estos tres días me a estado llamando a cada rato, tengo muchas llamadas perdidas de él– Mi celular deja de sonar y suspiro– No se que hacer, Liam.

No es para nada bonito y cómodo estar evitando a las personas que más quieres. El miércoles por suerte Esteban me levantó temprano y me llevó a la escuela pero al llegar mire a Madison junto a Gabriel en la entrada de la escuela como esperándome, espere unos cuantos minutos a que sonará la campana y entre. Cuando llegue al salón no me senté junto con ella, de hecho le hice compañía a una chica que se sentaba enfrente, por ninguna razón mire hacia el final del aula. Dos clases después tuve taller de lectura y esa clase desafortunadamente la compartia con Jayco, hice lo mismo, a pesar de que no nos hablamos me senté hasta el frente para poder prestar más atención en clase, si es que así podía decirlo.

Lo peor fue en la hora del almuerzo, no fui al comedor, de hecho me quedé sentada debajo de un árbol leyendo un libro que tenía en mi mochila, me estaba quedando dormida hasta que el timbre de entrada sonó. Las clases se me hacían eternas, miraba a todos platicar y yo era la única que estaba sumida en sus pensamientos, claro que hubo veces en las que Madison intento cruzar palabra conmigo, pero algo dentro de mi estaba sentida con ella y desconocía la razón.

–Que valiente– Me mira directo a los ojos y sonríe– Yo no podría hacer eso durante tres días. Mucho menos con las personas más importantes de mi vida.

–Hay algo justo aquí– Señalo mi pecho confundida– Que duele, que se siente triste sin razón y no lo entiendo. Además creo que esos tres días me sirvieron mucho, tuve demasiado tiempo para pensar muchas cosas.

¡La Gran Mentira!© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora