Frank y su hija estaban a punto de llegar a la salida del zoológico cuando notaron un ruido a sus espaldas.
—Siempre supe que era una mala idea meterle en esto.
Dexter estaba detrás de ellos y les apuntaba con una pistola.
Kelsey emitió un gemido y se refugió detrás de su padre.
—¿Cree que ha ganado, Frank? Usted no sabe...
—¿Se refiere a la bomba que tenían planeado hacer estallar esta tarde en el concierto? Eso no ocurrirá.
—¡Maldito hijo de perra! ¿Cómo sabe eso?
—Usted lo ha dicho, eligieron mal.
Frank había dado un paso lateral tratando de centrar la atención de Dexter en él y dejar fuera de peligro a su hija.
—No se mueva o mataré a su hija aquí mismo.
—Todo ha terminado, Dexter. Violet esta muerta y su padre, el congresista Boorman, también.
—¿Los mató usted?
—Sí.
Frank jugaba a un juego muy peligroso, pero ese era su trabajo y lo había hecho cientos de veces.
Aunque, se dijo, nunca podías estar seguro de cual podía ser la última.
—Leonard morirá hoy mismo —continuó Frank —, yo mismo me encargaré de ello. Sólo queda usted. Tire el arma y ríndase, es su única opción de seguir vivo...A mí me gustaría mucho más que no me hiciera caso. Le mataría con mis propias manos y disfrutaría haciéndolo. Usted decide, Dexter.
—Yo soy el que tiene el arma, Frank. Antes de morir, les mataré a ustedes. ¿No querrá ver a su hija morir, ahora que cree haberla salvado?
—Un arma no supone nada... —dijo Frank con absoluta sangre fría —. Yo soy un arma.
—Lo veremos...
Frank estaba preparado, miraba fijamente a los ojos de Dexter, esperando anticiparse a la acción del otro, pero por muy rápido que pudiera llegar a ser, sabía que no lo era más que una bala.
Un ligero parpadeo fue el aviso que Frank esperaba. La acción pareció transcurrir a cámara lenta.
Dexter levanto el brazo y apuntó, acto seguido apretó el gatillo de su arma y sonó una detonación. La bala a mas de doscientos kilómetros por hora recalentó el aire que inflamaba a su paso en dirección a Frank, este se aparto tan sólo unos pocos centímetros antes de que la bala impactara contra él. Frank sintió un dolor muy fuerte en su hombro, pero no detuvo su movimiento que le acercaba a donde Dexter se encontraba. Cerró el puño con fuerza y avanzó el último metro propulsándose con fuerza. El puño golpeó a Dexter en la base de la nariz, un golpe de abajo a arriba que lo catapultó en el aire al tiempo que se oía un espeluznante crujido.
Cuando cayó al suelo, Dexter estaba muerto. El golpe había astillado los huesos de su tabique nasal perforando el cerebro.
Frank cayó también al suelo junto a su enemigo llevado por su impulso.
Kelsey se había acercado corriendo para ayudar a su padre.
—Estoy bien, no ha sido nada.
—Pero te ha disparado.
—Una cicatriz más para la colección —rió Frank.
Kelsey le abrazo y ahora fue ella la que le ayudo a ponerse de pie.
—Volvamos a casa.•••
Frank temía aquel momento más que cuando se enfrentó a Dexter. Margaret podía ser mucho peor que cualquier asesino profesional. Peor que un balazo, y al ver su mirada, quiso salir huyendo de allí.
—¡Frank, eres un hijo de puta! —Le había dicho, después de abrazar a su hija y echarse a llorar —¿Lo sabías y no me dijiste nada?
—No podía decirte nada, Maggie. Estaba su vida en peligro.
Aunque Margaret sabía que eso podía llegar a ser verdad, la única forma que tenía de desahogarse era acusando a su ex marido.
—¡Tú y tus malditos secretos! ¿Por qué tuve que casarme con un espía?
—¿Por qué me querías? —Preguntó Frank con timidez.
—Porque estaba loca, sí, loca de atar.
—Lo único que importa es que Kelsey está bien, ¿no crees?
Ella abrió la boca para contestar, pero no dijo nada. Aquella afirmación era irrefutable. El bienestar de Kelsey estaba por encima de todo. Luego como si por primera vez se fijara en su ex marido, se dio cuenta de su herida.
—¡Estás herido!—Lo dijo con una urgencia muy característica en ella, un hecho objetivo, no era una pregunta ni una suposición.
—No es nada...
Ella no le dejó seguir hablando. Rápidamente le quitó la cazadora y le ayudó a desabrocharse la camisa.
—¿No es nada? ¡Sólo otro maldito agujero en tu piel! ¿Verdad? Frank, ya no eres un jovencito, tienes que tomarte la vida con más calma...
—Lo intento, Maggie, es la vida la que no me deja a mí.
Ella rió su broma y Frank supo que el enfado se le había pasado.
Había ido al cuarto de baño de donde trajo un botiquín muy usado en los viejos tiempos y con la profesionalidad que le daban las muchas veces que le había curado en el pasado, remendó su herida lo mejor que pudo, desinfectándola primero y cosiéndola después.
—Ya estas listo, ahora ya puedes irte e intenta que no te maten —le dijo sarcástica.
—Esa es una de las cosas que no tengo apuntadas en mi calendario para hoy —dijo él con idéntica actitud.
—Pues ten cuidado, ya no van quedando muchas hojas en ese calendario tuyo —respondió ella.
—¡Que forma más sutil de llamarme viejo! ¡Eres un encanto, Maggie!
—¿A qué sí? —Rió ella está vez. Luego poniéndose seria de repente, le dijo.
—De verdad, Frank, ten cuidado. Kelsey te necesita con vida...
—¿Y tú?
—Yo...yo también.
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Sombras del pasado (Terminada)
Mystery / ThrillerFrank Riley ha perdido a la única persona que le quedaba en su vida. Su hija Kelsey. Pero su muerte no está demasiado clara y él no cree que se trate de un accidente. Cuando recibe la misteriosa llamada de un desconocido todo su mundo se tuerce, por...