—Señor Riley. ¿Qué tal van sus progresos?
Frank sólo había tenido que esperar que el teléfono marcase dos tonos esta vez, para que lo descolgaran.
Sonrió. Estaban muy pendientes de él y eso era bueno.
—Ya sé la forma en que voy a hacerlo.
—¿De veras? La persona que me lo recomendó acertó con usted. Es un verdadero profesional...
—Me importa una mierda lo que usted o sus amigos puedan opinar de mí. Sólo quiero terminar pronto el trabajo y recuperar a mi hija.
—Sí, eso es lo más importante ¿verdad? Su hija, su joven y dulce hija. Es todo un carácter para lo joven que es. ¿Sabe que intento escapar dos veces y que estuvo a punto de lograrlo una de ellas? Naturalmente tuvimos que tomar medidas disuasorias para que no se vuelva a repetir...
—¡Si la han tocado un solo pelo de su cabello, juro que se lo haré pagar!
—¿Tocarla? ¡Claro que la toque! Y algo más que eso, señor Riley. Podría decirle que su hija disfruto de ello, pero no sería verdad. No, no creo que le gustase mucho. Lo importante es que aprendió la lección y ya no ha vuelto a intentar nada parecido.
—¡Cabrón de mierda! ¡Estoy esperando el momento en que te ponga las manos encima, tú si que vas a disfrutar! —Frank echaba espuma por la boca.
—¿Qué pretende, que me eche a temblar? Le mandaré un regalito, ¿que prefiere, la oreja izquierda o la derecha de su hija?
—¡Sí la toca...!
—Ciñase a lo importante, señor Riley. Esas personas han de morir antes de veinte días. Si no me complace, irá recibiendo regalitos míos. Muchos regalitos. Tendrá un puzzle de su hija.
Dexter se echó a reír. Una risa desquiciada.
Esa persona estaba completamente loca, pero, Frank estaba en sus manos, por lo menos hasta que averiguara dónde retenían a Kelsey.
—Ahora explíquese, ¿cuándo y dónde tendrá lugar el primer acto? —La voz de Dexter sonaba impaciente.
—Será dentro de cuatro días, en el concierto benéfico de ayuda para los niños con cáncer. Tres de los cuatro objetivos estarán allí.
—¡Fantástico! Va a eliminar a tres pájaros de un tiro...¡Es asombroso! ¿Cómo piensa hacerlo? ¡Maravílleme!
—Usare un rifle de precisión. Ya me he encargado de conseguir uno...
—Sí, su visita a ese conocido traficante de armas, el señor Wesley. Estamos enterados de ello. Continúe, por favor.
—Realizaré tres disparos consecutivos. Tres balas, tres bajas.
—Algo arriesgado, ¿no cree? Podría fallar y no tendría tiempo de rematar su trabajo.
—No fallaré.
—Adoro la confianza en sí mismo que tiene. Sí, estoy seguro de que no fallará. Sobre todo teniendo en cuenta lo que se juega. Bien, y ¿el cuarto elemento?
—Todavía no lo sé. Pero lo sabré.
—Estoy complacido. Ha hecho usted los deberes y creo que se merece una gratificación. Le dejaré hablar con su hija tres minutos. Comprobará que no soy una persona tan despiadada como usted piensa. Tres minutos, aprovéchelos.
Frank contuvo la respiración hasta que escuchó la voz de su hija, luego exhaló todo el aire de golpe.
—¿Papá?
—¿Kelsey, te encuentras bien? ¿Te han hecho daño?
—¡Estoy bien, papá! ¡Muy asustada!
—No tengas miedo. Iré a rescatarte, te lo prometo. Ahora, Kelsey, escúchame bien y contesta a mis preguntas lo más rápido que puedas, sólo tenemos tres minutos...¿Hay alguien escuchándonos?
—No, papá. Estoy sola, aunque están cerca.
—Dime, ¿Sabes donde te encuentras?
—No lo sé. Es como un gran almacén o un sótano...
—¿Ves la luz del sol, hay ventanas?
—No. Solo hay bombillas. Estoy encerrada en una habitación la mayor parte del tiempo, pero me tratan bien...
—Concéntrate, Kelsey. Dime: ¿notaste algo extraño cuando te llevaron allí? ¿Escuchaste algo que pudieras identificar?
—No, puede...oí algo muy raro.
—¿El qué?
—Animales. Escuché el rugido de un león y monos, creo que eran monos...
—Muy bien, Kelsey. Ya sé donde estás. ¡Lo has hecho muy bien! Ahora tienes que ser fuerte. Yo iré a buscarte...
—Lo seré, papá. No tardes...
—No, mi amor. Te quiero mucho.
—Y yo a ti...
La comunicación se cortó y volvió a sonar la voz metalizada de Dexter.
—Espero que este contento, señor Riley. Sí sigue trabajando como hasta ahora, recuperará a su hija.
—Gracias —dijo Frank que si que estaba contento porque ahora sabía donde se encontraban.
—No hay de que, señor Riley. Pronto contactare de nuevo con usted.
Colgó.
Bien por su hija. Había sido muy sencillo averiguar dónde la tenían retenida. Estaba claro como el agua. El único lugar en donde había podido escuchar a un león y a monos era, en el zoológico de Denver. Seguramente estarían en alguna instalación subterránea, algún tipo de almacén o sótano porque ella dijo no ver la luz del sol.
Necesitaba contactar con el detective Murray para que él investigara por ese lugar. Si Dexter o cualquiera de los colaboraban con él, veían a Frank por las inmediaciones, las cosas se pondrían muy peligrosas. Al detective no le conocían, o por lo menos no tanto como a él. Podría pues, localizar a su hija y una vez que ella estuviera a salvo, actuaría.
Al fin parecía que la suerte estaba de su lado.
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Sombras del pasado (Terminada)
Mystery / ThrillerFrank Riley ha perdido a la única persona que le quedaba en su vida. Su hija Kelsey. Pero su muerte no está demasiado clara y él no cree que se trate de un accidente. Cuando recibe la misteriosa llamada de un desconocido todo su mundo se tuerce, por...