𝑰𝑻 + 𝑺𝑻𝑹𝑨𝑵𝑮𝑬𝑹 𝑻𝑯𝑰𝑵𝑮𝑺 • 𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨

[GATEN MATARAZZO]

Gaten Matarazzo
meryuniverse

—Mery, Mery, Mery— repitió Gaten varias veces— Lo estás haciendo mal

Ella bufó frustrada.

—Malditas matemáticas, maldito ejercicio y maldita profesora.

—No deberías quejarte. El karma es muy traicionero.

—Me da igual, Gaten. Estoy harta de todo.

—Tranquilizate Mery, es solo un ejercicio de cálculo.

—No Gaten. No es sólo eso. Todo es una mierda. La gente. Las personas. Sobre todo mis padres. Y este mundo. Y si no fuera por ti no se que estaría haciendo ahora mismo.— Gaten se sorprendió por aquello pero decidió actuar con normalidad.

—¿Desde cuándo estás tan gore?

—Desde que mi Crush me rechazó.

—Ay, te entiendo.— le dió la razón el ruloso.— Pero pensé que Noah dejó de gustarte hace tiempo.

—No es Noah.

—¿Y entonces quién?

—No creo que debas saberlo.

—¿Por qué?

—Porque sería incómodo.

—¿Te gusta Millie?

—Me gustas tú.

—¡Lanzada!— exclamó.

—Idiota...— rodó los ojos.

—¿Cuando pasó esto, Mery?

—Sencillo. Empecé a darme cuenta, de que mi vida era aburrida, siempre era lo mismo. Lo cual me llevó a pensar en lo que yo influía en los demás. Y... Llegué a la conclusión de que si yo no hubiera existido el mundo sería igual que ahora mismo. Pero justo en ese instante la pantalla de mi móvil se encendió, y era un mensaje. Tú mensaje. Tan solo me recordabas una vez más, lo, según tú, perfecta que era y que nunca dejara de ser yo misma. Y ahí fue cuando todo cambió. Dejó de depender lo que yo importara. Y empecé a pensar en lo que a mí me importaba. Y ese, eras tú.

—Wow, ¿Y me lo dices como si nada?

—Mi vida es una mierda, si me vas a rechazar mejor ahora que tengo la autoestima alta.

—Bien visto— razonó el chico.

—¿Que me dices?— le preguntó Mery.

—Mery... Yo... Espera, ¿Porque dijiste antes que tu Crush te rechazó? Nunca hablamos de esto.

—Ostia, si eso. Esto... Va a ser mejor que te vayas...

—JA— ironizó Matarazzo— No te lo crees ni tú. Dímelo, Mery.

—Te acuerdas cuando te dije una amiga estaba enamorada de ti y me dijiste que nunca saldrías con ninguna fan.

—¿De verdad?— preguntó incrédulo.— Uno, SABÍA que eras tú. Me encuentro ese truco hasta en la sopa. Y dos, tú no eres ninguna fan.

—Si, bueno, fan si soy.— sonrió.

—Fangirl.— rectificó Gaten.

—Bueno, por lo menos me conoces.

—Eso fue cruel para las que no me conocen y jamás me conocerán.

—Acabas de ser más cruel tú ahora mismo— dijo para luego reír a lo que Gaten observó embobado.— ¿Que?

—Me gusta ver que tu vida es un poco menos mierda cuando estoy a tu lado.

—Quizá por que te quiero.

—Quizá por qué nos queremos— atacó los labios de la chica.

Esta se separó.

—Pudiste haber empezado por ahí.

—Nah, yo lo hago todo muy difícil.

—Eres raro.

—Entonces es que soy como tú.

—Pero me quieres.

—Si, eso no lo discuto, desde luego.