× V E R G Ü E N Z A

2K 279 357
                                    

Hace frío. La mañana si que amaneció fresca.

Cuando mis ojos se abren, veo el rostro de Soraru-san aún dormido.

Es lindo, se encuentra tan sereno, y su mano está entrelazada con la mía...

¡¿SU MANO ESTÁ ENTRELAZADA CON LA MÍA?!

Abro mis ojos, forzando la vista para ver mejor.

¡Diablos, no era una ilusión! ¡Realmente estábamos tomados de la mano! ¡¿Y donde esta el espacio con el que habíamos dormido?! ¡Soraru-san esta más cerca de mí ahora!

Estábamos a centímetros los dos. ¡Un parpadeo y creo que nuestras pestañas se tocan! 

Trago saliva en seco. El dolor de cabeza de anoche ya no está, y el congestionamiento de mi nariz ha cesado. No puedo decir que estoy como nuevo porque aún me duele el cuerpo.

Siento un pequeño bulto entre los dos, y cuando mi vista baja hasta nuestros estómagos, Muffler se encuentra acurrucado entre el pequeño espacio que nos separaba. Si no fuera por él, tremendo abrazo quedaríamos los dos.

No se que hacer, su agarre es muy fuerte, me hormiguean los dedos, siento que el frío se ha ido de mi cuerpo y comienzo a sudar por los nervios de que el mayor despierte de un momento a otro.

¡Oh Dios! ¡¿Qué hora era también?! ¡Iba llegar tarde a clases!

Estoy a punto de alejar mi mano con fuerza de la suya para salir corriendo de su departamento al mío, pero a mi mente viene el recuerdo de que mi puerta está cerrada con llave, y que la llave está dentro de mi departamento, que llevo la ropa puesta de Soraru-san y que no puedo salir de su departamento sin su llave, y lo más importante de esto, hoy es Sábado...

Si estuviera solo, me daría una delicada caricia en la cabeza con la pared.

Siento como mi corazón regresa a sus latidos calmados, pero se vuelve a disparar cuando me pregunto mentalmente: ¿Donde está mi celular?

¡¿Y si mi madre había llamado?! ¡Se pondrá como loca y pensará que me he cortado o acuchillado o caído de las escaleras por descuidado!

Mis ojos buscan en lo que pueden ver de la habitación del mayor, pero no hay rastro de mi aparato electrónico por ningún lado.

"Calma Mafumafu, calma. La preocupación no lleva a nada bueno..."  me digo mentalmente y mi corazón vuelve a su estado calmado.

Con una delicadeza asombrosa y sin torpresa, muevo mi mano entrelazada con la de Soraru-san, dejándola libre poco a poco, y cuando creo que lo he logrado, un gruñido por parte del azabache me dispara el corazón.

Sus párpados se mueven lentamente, amenazándome de que muy pronto se abrirán y me dejarán ver con temor sus bellos ojos zafiro. Su mano también parece moverse un poco, me asusta porque sus yemas acarician inconscientemente mis dedos, sintiendo ese extraño choque de electricidad que se extiende hasta mi estómago. Sus labios se fruncen en disgusto, se abren y dejan salir en un susurro lo que yo puedo entender como "Madre".

¿Estaba soñando con su madre? Si no me equivocaba sobre eso, su madre había muerto como lo había dicho Lon hace mucho tiempo. Mucho antes de enterarme que eran hermanastros.

Se remueve incómodo en la cama, y eso hace despertar al pobre de Muffler.

Sus lindos ojitos se abren y parpadean repetidas veces, se estira y me mira curioso desde mi lugar asustado.

Le hago una seña con mi otra mano libre a que guarde silencio, pero no se si lo hace con intenciones inocentes o malvadas, pues empieza a maullar y a empujar suavemente con su cabecita el abdomen del mayor.

El Gato Negro  [SORAMAFU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora