---¡Me alegra que hayas aceptado salir conmigo, Mafumafu!--- sonríe de oreja a oreja Amatsuki.
Sus ojos se ven decorados por una pizca de brillo que logro entender que es por mi presencia.
Yo le devuelvo la sonrisa, esperando paciente nuestra orden de comida.
¡Era un lindo restaurante! En la zona al intemperie nos veíamos rodeados por paredes decoradas con arbustos y pequeñas florecillas moradas, algunas plantas como pequeños cactus o pequeños árboles se encontraban en las esquinas, y un lindo candelabro de araña con sus luces amarillas encendidas cuelga por encima de nosotros.
Aquella tarde es fresca, pero no lo suficiente para llevar bufanda o comer afuera.
---N-No sabía que lugar elegir....Y...pensé que tal vez este restaurante era de tu agrado....--- se le nota nervioso, sus expresiones como fruncir sus cejas o torcer su boca lo delatan.
---¡Esta bien! ¡A mí me gusta este lugar!--- le intento tranquilizar, agarrando por segunda vez el menú de comida.
No tenía hambre, pero los postres se veían extremadamente deliciosos. ¡Debía probar uno!
---¡Muchas gracias por venír, Mafumafu-san!--- vuelve a agradecer el castaño, esta vez con un leve sonrojo en sus mejillas.
---¡Las gracias debería darlas yo, Amatsuki-san!--- río ante su comportamiento que califico como adorable.--- Y-Y no me llames "Mafumafu-san". Suena adulto...
Él ríe también.
---De acuerdo, Mafumafu...--- su mirada no se aparta de mis ojos carmesí, y de algún modo me siento extraño. Algo electrizante recorre mis dedos.
---¡Lamentamos la tardanza!--- una linda chica nos deja nuestros pedidos.
Para Amatsuki un tazón de fideos, y para mí una deliciosa rebanada de tarta con una taza de té sabor miel.
---¡Muchas gracias!--- me veo asombrado por el delicioso platillo y no pierdo el tiempo en tomar unas cuantas fotografías.
Cuando guío mi mirada hacia mi acompañante, veo como la chica le deja un pequeño panecillo con betún blanco, le guiña el ojo y se retira con su falta cerca del muslo y que casi logra ver su trasero.
No puedo evitar sentirme mal. Todos a mi alrededor solían regalarles cosas adorables por su belleza, porque resaltaban como lo hacía una moneda de oro entre cosas sucias.
Yo solo era un chico rodeado de gente bella.
---Oh...creo que no tendré espacio para comer eso...--- sonríe avergonzado el mayor.
Le devuelvo la sonrisa y ambos nos disponemos a comer. En ocasiones charlando y riendo de algunas anécdotas, otras solo estar en un profundo silencio.
En una pequeña distracción, observo a la gente que pasa cerca de nosotros, y en algunas ocasiones veo los puestos cercanos y que nos rodean.
Me veo interesado en una tienda que vende ositos de felpa hasta figuras de muchos animales.
---¿Sucede algo?--- la voz de Amatsuki me distrae.
---Esa tienda...¿podemos ir a verla después de comer?--- me giro a verlo con un pequeño sonrojo en mis mejillas.
---¡Claro! Es muy linda, aunque la mayoría de las cosas son para chicas--- comenta antes de llevar los palillos con fideos a su boca.
Estoy a punto de guiar mi mirada a mi plato ya casi vacío, pero la presencia de un hombre que sale de aquella tienda y en compañía de una chica me deja curioso.
ESTÁS LEYENDO
El Gato Negro [SORAMAFU]
Fiksi Penggemar》Pequeño minino. Tenías todo fríamente calculado, ¿cierto?《 El bello gato que Mafumafu encontró fuera de su departamento y que trajo consigo una especie de suerte divina. 》Tú. Animal tan inocente, me has guiado a mi perdición《 Soraru, una persona...