ESPECIAL: ¿ H A L L O W E E N ?

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*Un año después de la boda*

---¡Soraru-san, date prisa!--- gritaba ansioso y desde la puerta de su departamento.--- ¡Muffler ya quiere irse!

El minino de grandes ojos me mira curioso, parpadea unas cuantas veces y comienza a maullarle a su dueño.

---¡Ya voy, ya voy!--- dice el azabache mientras sale a toda prisa del baño, secando su cabello húmedo con una pequeña toalla blanca.--- ¿Estas seguro de que quieres ir a esa tienda? Muffler ya es un adulto.

---¡Soraru-san!--- le dirijo una severa mirada.--- Puede que Muffler ya sea un gato grande, pero muy dentro de su pecho, él ansía sentirse joven de nuevo. ¡Y yo puedo sentirlo también!--- el azabache no puede evitar reírse de mí.

---Bien ¡Como gustes, esposo mío!--- exclama Soraru-san, tomando las llaves del departamento y del coche.

Soraru-san y yo seguíamos viviendo en el mismo edificio y en su departamento. Me había mudado con él y con Muffler, comenzando nuestra nueva etapa de jóvenes esposos llenos de amor y gracia que, tiempo atrás, anhelábamos ser con vergüenza.

Todo había sido fríamente calculado, hasta la luna de miel. Cuando una semana antes de la boda, al borde de quedar inconsciente por haber bebido demasiado licor en una reunión de amigos, le confesé a Soraru-san con detalle sobre como imaginaba nuestra luna de miel. A la mañana siguiente, no recordaba nada, y Soraru-san lo mantuvo en secreto hasta ese día.

》 ---¿Qué harían dos hombres casados, casi ebrios, a la media noche en una playa?

---¿Tú que crees que harían, Mafumafu?--- me preguntaba mi ahora esposo, Soraru-san, mientras me guiaba por una playa solitaria a las plenas 12:30 de la madrugada.

La fiesta no había terminado, de hecho, había sido en una residencia cerca de la playa. Todos nuestros invitados seguían bailando, comiendo y bebiendo, pero nosotros nos habíamos ido antes por insistencia de Soraru-san.

"Dudo que se den cuenta de que ya no estamos en el lugar..."

---¡Soraru-saaan!~ Creo que ya tengo arena en los zapatos.

---No te preocupes, no los ocuparás hasta en la mañana--- responde el azabache mientras sigue tirando de mi mano para que acelere el paso.

---¡Pero es muy incómodo! Prefiero andar descalzo que andar...--- me quedo callado al ver lo que parecía ser una casa de campaña, adornada con colchas y almohadas blancas. Se veía una luz ahí dentro, como una vela.--- S-Soraru-san... Eso es...

---Vamos, esposo mío--- me dice el ya mencionado junto con una sonrisa en sus labios. Tira suavemente de mi mano y juntos nos acercamos a la casa de campaña.--- En nuestra primera noche, la pasaremos aquí.

Yo me había quedado sin voz, sin palabras para describir lo que sentía en ese momento.

La casa de campaña era grande y de color blanca, muy hermosa a mi parecer. Estaba retirada de la orilla del mar, así que no había peligro por las olas. Debajo de las colchas y las almohadas, había una base de madera, y por dentro había un hoyo de madera de algunos veinte centímetros de diámetro, justo en medio de la casa de campaña donde estaban colocadas unas cuatro velas blancas y aromáticas.

Al entrar, sentí una extraña calidez en mi cuerpo, me giro para ver a Soraru-san y me sonríe divertido, con amor y dulzura a la vez.

---Todo esto... ¿Lo hiciste tú?--- observo a mi alrededor con fascinación.

El Gato Negro  [SORAMAFU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora