× I N F A N C I A

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Mis manos temblaban de los nervios, solo de recordar lo que estuve a punto de hacer con Soraru-san, mi cara arde en colores rojos tradicionales de la vergüenza.

Ahora mismo estaba en casa de mi madre. Ella se había ido a buscar unas fotografías a toda prisa a su habitación, mientras que yo agradecía mentalmente al pensar que había sospechado sobre mi casi pecado con mi vecino al momento en que llamó.

Voy a contarles un poco de lo que sucedió anoche, sin ser la gran cosa, pero el gran susto que ambos nos llevamos por la gran interrupción.

》Una vez que Soraru-san me pasó su teléfono con la llamada iniciada, me bajo de su cama y salgo de la habitación un tanto mareado y disgustado con la interrupción. Mi madre, quien habla nuevamente, se le escuchaba agitada, su voz salia casi a gritos. Por un momento pensé que se trataba de algo realmente malo, pero conforme fue explicando, lo único que ocasionó fue que signos de interrogación se plasmaran invisiblemente por encima de mi cabeza, pues no lograba entenderle.

---¡Descubrí algo, Mafumafu! ¡Yo sabía que él debía ser ese niño de hace muchos años!--- decía ella con la voz elevada.

---¿D-De qué hablas, mamá?--- pregunté, alejando el teléfono de mi oído lastimado.

---¡Estaba viendo unas cuantas fotos de ti cuando eras pequeño! Cuando encontré aquello que me sorprende a más no poder... ¡Yo sabía que lo había visto en algún lugar!

---Mamá... Sigo sin entenderte...--- llevo una mano a mis cabellos albinos, acariciando éstos con mis dedos como distracción.

---¡Mañana quiero que vengas a casa! ¡Madruga y vienes!--- me ordena ella con tono de voz ya distinto al empleado antes.

---Ah... Claro... ¿Te encuentras bien, mamá?--- pregunto un poco preocupado por su pequeña alteración.

---¡Mejor que nunca! Me siento una detective...--- lo ultimo lo dice en un susurro casi agrio.--- ¡Buenas noches, hijo! Lamento molestarte a ti y a tu vecino...

---Ah... N-no, descuida mamá...--- echo una mirada avergonzada hacia la habitación de Soraru-san que se encontraba todavía apagada.--- Descansa tú también. Hasta mañana.

Y la llamada finaliza.

Cuando regreso con Soraru-san, el mayor se encuentra acostado en su lado de la cama, con el disfraz todavía puesto y con su mirada puesta en el techo.     

---L-listo...--- le entrego el teléfono y él lo coge al instante.

---¿Esta todo bien con tu madre?--- se incorpora de la cama, pasando una mano para acomodar sus cabellos revueltos como el nido de los pájaros en primavera. 

---Sí, pero quiere que vaya mañana a su casa... Quiere que sea temprano--- juego con las orillas de mi disfraz, moviéndome en mi propio punto de un lado al otro por la pequeña vergüenza que sentía ahora.--- Tengo miedo, Soraru-san.

---¿A qué?--- preguntó él con sus cejas fruncidas.--- ¿Crees que sea por lo de hace rato? ¿Piensas que se dio cuenta?

Muevo mi cabeza en aceptación.

---Me sorprende que no me haya preguntado el porqué estaba contigo siendo ya muy noche...--- cubro mi rostro con mis manos.--- ¡L-lamento lo de hace rato, Soraru-san!

---No tienes de que disculparte, Mafumafu--- su voz calmada me devuelve un poco de paz a mi corazón.--- Ven, hay que dormir.

El Gato Negro  [SORAMAFU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora