Aquel vestuario en colores oscuros le hacía resaltar su piel pálida y fría. Sus cabellos agarraban el color intenso de los focos de colores, y sus ojos zafiro lograron detectar mis ojos carmesí ante tantas miradas perdidas en un solo lugar.
El corazón comenzó a latirme como la primera vez que confesé haberlo querido. Soraru-san era un persona tan bella, que si los demás no lograban pensar lo mismo, entonces era afortunado de tener a alguien solo para mí.
No necesito miradas ni los alagos de otras personas para demostrar que él es bello, porque simplemente lo que lleva dentro, sus emociones, lo hacen ver demasiado perfecto.
---¡Hermano!--- Lon levanta sus brazos cubiertos por la tela brillosa en color púrpura de su disfraz.--- ¡Nunca creí que te animarías a venir!
Soraru-san le responde con una leve sonrisa, tomando asiento a lado mío, clavando sus ojos en mi rostro casi oculto entre la oscuridad por la vergüenza.
Siento un fuerte agarre. Son sus manos pálidas y frías que lo caracterizan perfectamente. Me giro a verlo lentamente, me veo afectado por su presencia sorpresiva en aquella fiesta de noche de brujas, y más que eso, esta tan cerca mío que ni hablar en alto debo hacer.
---Yo creí que no vendrías...--- mi voz no se ve alzada, como ya había dicho antes. Él logra escucharme y me sonríe para que siga apreciando su hermoso rostro.
---Era una sorpresa--- susurra él en mi oído, causando una leve sensación deliciosa que pasa por mi espalda; justamente en la columna.
---Sí que me sorprendí--- dejo salir una leve risita.--- ¡Pero aún sigues delicado de salud!... O bueno... ¡Para mí lo sigues! Así que no podrás comer muchas cosas por el momento.
---Eso ya lo se, doctor Mafumafu--- se burló él, pasando una mano por mis cabellos albinos, siguiendo la travesía de algunos mechones localizados en mi frente.
Es un rato más se comenzó a repartir diversos postres decorados por dicha ocasión.
A mí me tocó una pequeña tarta con el dibujo de una calabaza hecha con líneas de mermelada. Me le quedé mirando detenidamente por unos segundos, pensando que era demasiado lindo como para terminar comiendo aquello.
También lamenté el no tener celular para tomarle unas cuantas fotos.
A Soraru-san le había tocado una rebanada de pastel con betún naranja. Hizo una mueca de disgusto y alejó el pequeño plato negro, prefiriendo darle mejor un trago a su bebida (y que yo esperaba a que no fuera alcohólica).
---¡Saliendo de aquí, hay que pedir dulces!--- exclama muy emocionado Amatsuki.--- ¡Junto con unos amigos vamos a ir a pedir a las zonas donde las casas ricas entregan grandes cantidades de dulce y dinero!
---¡Suena divertido!--- la pequeña Lon lanzaba destellos desde sus ojos azules.--- ¡Soraru-san!
---Suena peligroso--- le responde el mayor con sequedad.
---¡¿Ehh?! ¡P-Pero no voy a estar sola! ¡Mafumafu vendrá conmigo!
Estuve a punto de atragantarme con el último bocado de aquella tarta que no supo tan mal.
Mis planes eran salir de ese lugar escandaloso, caminar como todo un subnormal por las calles, llevando un disfraz de fantasma que da toques reales con el leve aire que hace allá afuera, llegar a mi departamento y encerrarme en mi habitación para después dejarme caer en mi cama y dormir un poco.
Jamás se me dio eso de salir con niños a pedir dulces en las noches, empezando por el pequeño problema de que no tenía amigos. O eso recuerdo yo...
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El Gato Negro [SORAMAFU]
Fanfic》Pequeño minino. Tenías todo fríamente calculado, ¿cierto?《 El bello gato que Mafumafu encontró fuera de su departamento y que trajo consigo una especie de suerte divina. 》Tú. Animal tan inocente, me has guiado a mi perdición《 Soraru, una persona...