× ¿ N O V I A ?

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Me siento alarmado, a punto de estallar con la ya reveladora (y traumante) situación.

¡¿Soraru-san me había cambiado la ropa?! ¡¿Se había tomado la molestia de quitar mis prendas?!

¡Iba a morir de vergüenza! ¡¿Por qué me sucedía esto a mí?!

Cierro mis ojos con fuerza, esperando a que esto sea un sueño o una especie de ilusión creada por la pastilla, pero sentir una lengua rasposa y cosquilluda me hace abrir los ojos inmediatamente, encontrándome con Muffler que lamía mis dedos con ternura.

---Muffler...--- paso mi mano por su cabecita, acariciando su pelaje increiblemente suave.--- Tu dueño es algo...extraño...--- miro al hombre azabache que lee las instrucciones de una caja de pastillas.--- ¿Qué es eso Soraru-san?

---Reviso la caducidad de estas pastillas para tu gripe--- responde él sin quitar la mirada de la caja blanca con colores azules.--- Tengo esto, y un jarabe y....

---¿Y?--- ladeo mi cabeza con la esperanza de que termine la oración.

---Lo mas desagradable para cualquier persona--- hace un gesto de desagrado al sacar la otra caja con un tamaño un poco mayor a las demás.--- Supositorios....

Parpadeo repetidas veces sin entender su desagrado.

---¿Qué es eso?--- pregunto curioso.

---¿Nunca te han puesto un supositorio?--- me mira incrédulo el azabache. 

---Eh...no...--- no se si sentirme incómodo o ignorante.

---Bien...cuando regreses a casa, busca lo que es...--- veo como se le escapa una risilla traviesa, volviendo a meter aquella extraña caja junto al jarabe.--- Te doy esto. Espero y te sirvan y mejores pronto.

Camina hasta la orilla de su cama, tomando asiento y entregando aquella caja de pastillas para la gripe.

---¡Muchas gracias Soraru-san!--- las acepto inmediatamente.

Por accidente mis dedos tocan los suyos, y una extraña sensación, como un cosquilleo se hace presente en ellos.

---De nada--- me sonríe y ambos nos vemos atraídos por nuestras miradas de colores para nada iguales.

Nunca antes había visto unos ojos zafiro así de intensos, o con esa sombra oscura, como si no hubiera vida en ellos. Y estoy seguro que él jamás había visto unos ojos carmesí como los mios, ese color que a algunos les recuerda a la sangre, y a otros a la tragedia.

Un sonido seco, como alguien tocando la puerta de entrada nos asusta.

---¡Soraru-saaan!--- es una voz casi infantil, como una chica.

La reconozco al instante, es Lon quien viene a ver a su novio....

---Oh diablos...--- Soraru-san se levanta de a golpe.--- Debía ir por ella a la Universidad hace media hora...

Trago saliva con dificultad y alejo la colcha de mi cuerpo.

---C-Creo que debo irme...no quiero interrumpirlos...--- busco con nerviosismo mis zapatos, no importa si están mojados, no deseaba ser un estorbo para ambos. 

---¿Y a donde piensas ir?--- su mirada se posa en mí rápidamente, haciendo que de alguna manera mi corazón se sienta acelerado.--- La puerta de tu departamento está bajo llave.

Me doy un fuerte golpe en la frente por haberlo olvidado.

---E-Es cierto...--- ahora juego con mis dedos de los nervios.--- ¡P-Pero yo no quisiera ser un estorbo para ustedes dos!

El Gato Negro  [SORAMAFU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora