El Gato Negro [SORAMAFU]

× F I E S T A

No se cuantas veces había echado un vistazo a mi apariencia, pues no estaba seguro de mi vestimenta.

---¿M-Me veo bien así?--- me pregunto a mí mismo.

Ya no importaba, no iba a durar mucho en aquella casa extraña, así que como fuera vestido, daría igual.

Escuché la puerta de mi departamento ser tocada unas cuantas veces. Debía ser Luz quien pasaba por mí para ir de una vez a la casa de Kradness.

Abro la puerta, encontrando a un chico experto en lucir más increible que en la Universidad.

---¿Estas listo?--- pregunta el castaño con una sonrisa ladina.

---Eh....Eso creo...--- juego con mis dedos de los nervios.--- O-Oye Luz...¿m-me veo bien?

La mirada de mi acompañante me escanea la ropa, sube y baja una y otra vez, asintiendo de un modo que a mi parecer es como un consuelo.

---Yo....Yo nunca he ido a una fiesta....--- llevo las mangas holgadas de mi saco negro hasta mi barbilla, sintiendo algo de vergüenza por mi ya no tan secreta confesión.

---Mmmh....¿Me dejas hacerte un cambio? ¡Será algo muy pequeño!--- Luz coloca sus manos como en forma de rezo.

Me veo indeciso, pero termino accediendo a su supuesto cambio leve en mi ropa.

Sólo espero y que esta primera noche fuera de mi departamento, sea inolvidable....

[~_◇_~]

---¡Woaaaah! ¡¿Enserio aquí vive Kradness?!--- mis ojos dejan a la vista algunas chispas de emoción.

¡Era una enorme casa de dos pisos! Era color blanca con algunos toques negros como el techo, las orillas de las ventanas y las puertas. Las luces de la fiesta traspasaban las cortinas de la planta baja. Miles de chicos entraban a la gran mansión entre gritos y empujones.

¿Realmente yo encajaba entre estas personas?

¡Claro que no! ¡Yo debería estar en casa jugando, tal vez leyendo o pensando seriamente sobre mis sentimientos hacia Soraru-san!

Me estaba arrepintiendo, pues ahí dentro debe haber chicos que toman alcohol como si de agua se tratase, e inhalan el humo del cigarro como si éste no fuera tóxico.

---¡Vamos!--- Luz me toma con fuerza del brazo, obligándome a caminar hacia la puerta.

Al entrar, siento que me falta el aire.

¡Hay mucha gente! ¡Todos bailan al ritmo de la música que casi rompe mis tímpanos! ¡Hay chicos bebiendo alcohol en vasos desechables, hay chicas fumando y riendo debido a la borrachera que les ha llegado! ¡Hay otras personas que se dedican a besuquearse de una manera inapropiada! ¡Me da asco!

---¡¿Q-Qué es este lugar?!--- pregunto aterrorizado.

---¡Esto es una fiesta!--- me responde con la voz alzada el castaño.--- ¡Ven! ¡Vamos por comida!

Yo asiento nervioso y le sigo entre la multitud de gente.

Llegamos a una gran cocina con material hecho de madera. Creo que muy al estilo de las casas extranjeras.

Habían demasiados postres y comidas exquisitas, pero juro que el sonido de la música, los gritos de las personas y el olor a alcohol me auyentaba el hambre como nunca antes había sucedido.