Rutina

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Finalmente hemos terminado la visita de la trabajadora social, vuelvo a respirar cuando nos despedimos de ella y nos dijo que todo le parece bien, excepto por la falta de un portón de seguridad en el segundo piso, pero como Milagro, casi nunca está sola, dijo que lo pondría como una anotación sin importancia al final de la evaluación y que nos dará un avance en nuestra boda.

Ernesto y yo nos abrazamos en la entrada, estoy completamente feliz, que esto haya salido bien es un paso más en la dirección correcta.

***

Por la noche, después de acostar los niños, entro a la habitación y Ernesto está sentado esperándome.

-Necesitamos hablar -me dice y mientras me siento frente a él prosigue -siento mucho que te molestara lo que pasó en el almuerzo, pero necesito saber exactamente qué fue, para poder corregirlo.

-La verdad, no estoy muy segura que es lo que más me molestó -digo soltando un suspiro audible -me molesta ver que después de que te abandonará, sigas sintiendo algo por Denia, que se burlara de nuestra familia y de mi bebé que aún no nace, lo siento simplemente no tengo cabeza fría desde que las hormonas han tomado posesión de mi cuerpo.

-¿Quieres que le diga que no vaya a la boda? -pregunta.

-Pues no, recuerda que es hija del socio de Raúl, y no vale la pena crear problemas, especialmente por esta farsa -digo, mientras siento un agujero en el estómago, al ver que no desmiente que siga sintiendo cosas por ella.

-Bien, prometo que hablaré con ella, para que no se meta contigo ni con los niños... -y viéndome con cara culpable me dice -sabes que ella fue la primera persona que amé, no puedo fingir que eso no pasó...

-Está bien, no es como si fuera una esposa engañada -le digo, y antes de poder frenar mi boca, las palabras se esparcen entre nosotros cuando digo -además, fue parte del trato, somos libres de ver a quien queramos, siempre y cuando seamos discretos.

Ernesto me mira con ojos de asombro y algo más que no puedo descifrar y se aparta de mí.

-Tienes razón, no pienso ser célibe dos años... -dice dándome una última mirada antes de entrar al baño.

No entiendo por qué digo esas cosas, pero no quiero que piense que estoy celosa, porque no es así...

***

La semana transcurre con rapidez, y ya estamos en la cena de ensayo, ¡Estoy exhausta! Jamás pensé que una boda «pequeña» pudiera tener tanto trabajo. Alexandra y Laura no me han dejado descanso ni un solo día.

Con Ernesto las cosas han estado tranquilas, seguimos con nuestra rutina diaria, incluido el hecho de dormir juntos y amanecer aplastada por él, no hemos mencionado a Denia, simplemente hemos fingido que no tuvimos la conversación del sábado.

Esta noche es la cena de ensayo, así que están todas las personas importantes que estarán en nuestra boda, mis niños están guapísimos con los trajes que les compró Laura, sentados con ella, me alegra ver que mis niños son bien recibidos por la familia de Ernesto, aún muy dentro de mí espero que eso no los afecte para mal, en el futuro cuando nos divorciemos.

Estamos sentados, cuando llega Denia junto con sus padres, siento que mi estómago se revuelve, no había pensado ella desde nuestra conversación el sábado, me tenso un poco junto a Ernesto, él me mira extrañado.

-¿Te pasa algo? -dice besando mi mano, al parecer no se ha dado cuenta de la entrada reciente.

Cuando estoy a punto de contestarle, una voz chillona me interrumpe:

-Ernesto, ¿Cómo estás? -me giro a ver a Denia frente a nosotros, mientras se agacha a besar y abrazar a Ernesto junto a mí, sin tomarme en cuenta.

-Denia, no esperaba que nos acompañaras -dice Ernesto sin soltar mi mano, y mientras se zafa del abrazo, se acerca a mí y me abraza mientras continúa -estamos muy felices que nos acompañes en esta noche especial.

-No me lo perdería -dice Denia, ahora mirándonos a ambos, y dándose la vuelta dice -iré a saludar a tu madre.

Siento alegría al ver que Ernesto cumplió su palabra, me giro más de cerca y lo beso en la mejilla mientras le digo:

-Gracias, eres el mejor.

-No, tú eres la mejor -dice mirándome y acercándose a besar mi boca, me estremezco un poco al sentir su boca sobre la mía, pero debe ser alguna corriente viento.

Cuando estamos sentados comiendo se para Celeste con su gran vientre de embarazo y dice:

-Ahora, quiero hacer un brindis -dice mientras suena su copa -Melisa y Ernesto son mis amigos desde hace muchos años. Siempre los he visto estar juntos, sabía que llegado el momento terminarían juntos, son almas gemelas, al inicio ellos no se dieron cuenta de ello, anduvieron buscando lo que tenían frente a sus ojos todo el tiempo... -se seca una lágrima mientras dice -sé que Rosalía está feliz viendo que has encontrado lo que ella siempre deseó para ti... tener la familia y recibir todo el amor que te mereces... -y levantando su copa dice -así que brindemos por el amor de mis amigos, ¡Salud!

***

¿Por qué dejé que Celeste y Alexandra me convencieran de esto? ¿Qué me está pasando? Antes disfrutaría mucho la actividad presente, debe ser lo que no puedo beber, pero el estríper frente a mí, no vale la pena el no haber acostado mis niños o compartido la cena con Ernesto y los niños.

Celeste me mira y comprendiendo un poco mi malestar, llama al chico y lo coloca para que baile sobre Alexandra, no sobre mí. En cuento me veo libre me levanto y salgo a la terraza, miro el cielo cubierto de estrellas y pienso en que Ernesto debe estar disfrutando mucho su despedida de soltero... ¿Acaso él si disfrutará de la estríper?

El sonido de mi celular corta mi pensamiento, cuando veo que es Ernesto, como dice el dicho, "hablando del rey de roma...".

-Hola -contesto la llamada.

-¿Qué tal estás? -pregunta Ernesto desde el otro lado de la línea.

-Sinceramente no muy bien... -digo con voz baja por si hay alguien cerca -no sé qué me pasa... ¿Y tú que tal está la fiesta? ¿Está linda la chica que te llevaron?

-La verdad, me salí justo cuando la chica salió del pastel...-y después de guardar silencio un momento dice -extraño nuestras noches contigo y con los niños...

-Yo también...-digo sin pensarlo mucho -no sé cómo dormiré sin ustedes cerca hoy, y sin ellos mañana...

-Puedo pasarte trayendo e ir a dormir a casa de mis padres, para ver los niños antes de dormir... -me ofrece para tranquilizarme.

-Me encantaría... ¿pero qué pasará nuestros amigos y la fiesta? -pregunto pensando en Celeste y Alexandra.

-Yo hablaré con ellos, y pues creo que si le dices a Celeste, es probable que te cubra Alexandra... o puedes decir que el bebé te tiene cansada... -y no esperando respuesta de mi parte me dice -pasaré por ti en unos quince o veinte minutos... -y cuelga.

Cuando me giro para entrar nuevamente a la fiesta, descubro a Celeste mirándome con los ojos llorosos.

--Sabía que lo querías... yo te cubro con las chicas, les diremos que te sientes enferma... -dice abrazándome.

Treinta minutos después estoy con Ernesto, entrando a la casa de Laura, quien baja sorprendida de vernos, pero Ernesto simplemente toma mi mano y sube conmigo mientras dice:

-Mamá, extrañábamos los niños...-y mientras le da un beso en la mejilla dice -dormiremos en el cuarto de invitados.

Y así, sin más tuvimos un poco de rutina nuestra última noche de soltería, con nuestros niños durmiendo felices y nosotros durmiendo juntos...

Gracias por leerme, Por fis déjenme saber que les va pareciendo la historia con sus COMENTARIOS y recuerden VOTAR.

Saluditos y besitos

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