La Boda

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Estoy parada frente al espejo, no puedo creer que realmente ha llegado el día de la verdad... el día de mi boda, sí sé que deben pensar que no debería estar estresada, pues al final de cuentas es una completa farsa, pero la verdad es, que como les comenté cuando estaba comprando mi vestido, pienso que ésta será la única boda que tendré, además debe salir perfecta, la trabajadora social y Alondra estarán presentes además de todas las personas importantes de nuestras vidas... Me pregunto si Rosalía y mis padres estaría orgullosos de mí al saber que no me caso por los motivos adecuados, pero que no abandono a mi familia y que por ellos hago lo que hago hoy.

No he visto a Ernesto durante todo el día, desde que despertamos con la voz de Laura, me llevaron fuera de la habitación y he estado entre las damas de honor y mi futura familia, siendo arreglada por diferentes personas... No pude ni siquiera ir a traer la pequeña maleta que dejé hecha para esta noche, pues la pasaremos en un hotel, muy a mi pesar sin mis niños, pero como todos dijeron que es nuestra noche de bodas y que debemos pasarla solos, terminamos accediendo.

No hemos dicho nada aún sobre la luna de miel, pues en definitiva no pensamos dejar los niños solos durante más tiempo.

Si no lo conociera, como lo hago, estaría asustada que me dejara plantada en el altar, sé que él siente algo por Denia aún, no estoy segura que pasaría si ella decidiera volver claramente con él, nos dejaría a nuestros niños y a mí desamparados.

Cuando estoy pensando todo eso frente al espejo entra Laura, y al verme pensativa se coloca frente a mí.

-¿Estás bien? -me pregunta mientras me toma de los hombros -te ves bellísima.

-No, es solamente que extraño a Rosalía, sé que a ella le gustaría mucho haber sido parte de esto... -digo con la voz un poco rota, no le puedo decir todo lo que realmente me tiene preocupada.

-No te preocupes, sé que ella y toda tu familia está con nosotros celebrando este maravilloso día -y sacando una pequeña cajita de terciopelo me dice -en la familia es tradición que todas las novias usen este alfiler de cabello.

Me quedo asombrada por la belleza en la pieza que ven mis ojos, es tan delicada y hermosa, es de oro labrado con zafiros azules.

-Me sentiría muy honrada si tú lo llevarás este día, ahora eres parte de la familia oficialmente, aunque siempre lo has sido... -dice esperando a que yo dé mi permiso, cuando asiento con la cabeza, ella lo coloca a un costado de mi peinado, y siento mis ojos comenzar a humedecerse, realmente no me siento tan sola este día como pensé que estaría.

Al no tener nadie que me entregue, Luis me acompaña al altar, mientras Gracia y Milagro caminan tirando pétalos de flores. Le pido a cualquier fuerza superior que me ayude a no caerme o hacer el ridículo frente a todo el mundo.

Cuando estoy a punto de llegar al altar, levanto por primera vez la mirada y me encuentro con los ojos de Ernesto, su mirada es cálida y demuestra mucho aprecio, me mira con los ojos brillando de... ¿Felicidad? ¿Cariño? Realmente no estoy segura, solamente sé que continúo caminando hasta encontrarme con su mano, Luis se abraza a mí y se retira para sentarse junto a Laura que está con sus hermanas.

Ya no hay vuelta atrás, este es el momento de la verdad, cuando pregunta el reverendo si quiero casarme con este hombre, digo sí sin titubear, lo extraño es que no tengo objeción real para no querer casarme con él.

-Les presento a los señores Mayorca -dice cuando ha terminado la ceremonia, y concluye -puede besar a la novia.

Ernesto me toma de la cintura con una mano mientras coloca la otra mano en mi mejilla, y justo antes de unir nuestras bocas me susurra: "lo hicimos, eres mi esposa" y sella nuestras bocas como si fuera una apretón de mano para sellar un trato.

Donde el universo decida llevarnos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora