Viaje a New York

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No puedo creer que hemos viajado con los niños, para estar solos en el hotel. Denia no ha dejado a Ernesto ni un solo momento, llega cansado y tarde a la habitación donde casi siempre nos encuentra dormidos.

Anoche no llegó hasta pasadas las tres de la madrugada. No quiero ser desconfiada, pero ¿Qué oficina de negocios, especialmente de importaciones, permanece abierta hasta esas horas? Además cuando me abrazó al acostarse, apestaba a alcohol.

Creo que nuestra pequeña farsa, le está jugando una treta a mi cerebro, creo que el muy tonto quiere vivir la vida que tenía Rosalía, con los hijos, el esposo, la casa y la vida familiar, sé que cuando terminemos esta farsa volveré a ser la misma de antes, bueno al menos en relaciones con hombres, pues ahora tendré los niños conmigo.

Me despierto con el sonido de un celular, busco a tientas y lo tomo, necesito callar ese maldito sonido para poder dormir la hora que me falta de sueño. Cuando veo que es una llamada de Denia, me fijo que no es mi celular, sino el de Ernesto, que duerme profundamente abrazado a mi cintura, lo silencio y cuando lo voy a colocar nuevamente en la mesa leo por accidente el mensaje que cae:

"Hola querido, gracias por lo de anoche, estuviste tan increíble como lo recordaba ¿Nos veremos hoy en mi hotel?"

Lo dejo en la mesita de noche y me deshago de los brazos de Ernesto a mi alrededor, me siento sucia, al saber que ha pasado la noche con otra mujer y después se viene a abrazar a mí, eso explica porque desde que llegué no hemos tenido sexo, está bien atendido en esa área por una mujer con curvas más tentadoras que las mías y sin menos ataduras que yo.

Decido que yo no soy esa mujer, que espera que "su esposo" llegue para pasar tiempo juntos, o que necesito de él para conseguir sexo genial, antes lo hacía todo el tiempo, y realmente estando en una ciudad que no es la mía y en vista que nuestro viaje familiar no ha sido lo que esperaba, tomo la decisión de salir con los niños a visitar lugares y por la noche los dejaré con la niñera para salir a conocer la vida nocturna, el hecho de no poder tomar alcohol, no significa que no pueda divertirme o que no pueda conseguir un buen sexo para no necesitar orgasmos por lo menos en un tiempo.

Veo el reloj y veo que son casi las siete de la mañana, sé que Ernesto dormirá por al menos una hora más, así que me arreglo lo más rápido posible y salgo a la sala común entre las habitaciones de la suite que compartimos todos, voy a la habitación de los niños a despertarlos y arreglarlos, Carmen está despierta así que le pido que haga el desayuno para que podamos salir lo antes posible.

En una hora estamos entrando al Central Park, donde colocamos una manta bajo un árbol y Gracia, Luis y Carmen juegan pelota mientras Milagro aplaude sentada en mis piernas.

A las 9 de la mañana decido revisar mi celular, tengo cinco llamadas perdidas y 20 mensajes todos de Ernesto, decido responder cuando el celular vibra nuevamente en mi mano con una llamada entrante de mi flamante esposo.

-Aló -respondo.

-¿Dónde están? -pregunta Ernesto al otro lado de la línea.

-Hemos salido a conocer la ciudad con los niños -e intentando que mi voz suene lo más inocente posible le pregunto -¿Por qué?

-Me desperté sólo, pudieron haberme esperado para ir con ustedes -dice con voz algo irritada.

-Estaremos bien, igual tú tienes mucho trabajo por los días y pues por las noches disfrutas de otras compañías -le respondo tranquilamente -no quiero que tengas que cambiar tu estilo de vida por nosotros, igualmente si quieres pasar tiempo con los niños estarán solos con Carmen por la noche.

-¿Solos? -pregunta, como que si todo lo anterior no fuera importante.

-Sí, saldré a conocer la vida nocturna de New York.

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