—¡Señor Reagan y Señorita Jouliette!, ¿Qué están haciendo aquí?.
El entrenador preguntó con un ceño fruncido muy molesto mientras los chicos se volteaban y veían a todos los jóvenes del equipo de basketball de Warren riendo y burlándose de ellos. Samantha suspiró porque sabía que los rumores no tardarían en llegar.
—Nada, señor— dijo Jaxon serio. Se levantó de las gradas y salió del gimnasio con Samantha detrás bajo la mirada desaprobatoria del entrenador.
De pronto Jaxon se detuvo en medio del pasillo y miró a la chica que lo observaba directo a los ojos comprendiendo de inmediato el mensaje. No hacian falta las palabras para que la chica supiera que él quería estar solo. Ella asintió y giró sobre sus talones para desaparecer entre la multitud del pasillo. Por otro lado, Jaxon se fue por el lado contrario con la tristeza plasmada en su rostro y sobre todo en sus ojos. No le gustaba demostrarse débil, pero ahora no tenia ánimos de demostrarse bien frente a los demás como solía hacer siempre.
Se fue de Warren directo a su casa, la cual estaba vacía a excepción de algunos guardias y empleados de su padre, de los cuales, sólo algunos, los más privilegiados para ser exactos, sabían sobre su laboratorio secreto donde hacía todo tipo de experimentos.
Él también sabía sobre el laboratorio lamentablemente, porque vivió gran parte de su vida ahí, encerrado tras grandes barrotes de hierro mientras le inyectaban todo tipo de sustancias de distintos colores. Una de ellas era azul, la peor de todas. Jamás la olvidaría porque era la más dolorosa de todas. Aún sufría pesadillas con ese líquido azul entrando por sus venas anticipando un dolor desgarrador.
Entro a su cuarto, que, a pedido de él, era todo oscuro. Al ingresar no se puede ver nada, ni siquiera distinguir siluetas o algo. Eso es porque, para él, es un método de defensa. Así cada vez que alguien ingrese a su cuarto para hacerle daño, el podrá esconderse o defenderse a la perfección ya que sus ojos se ajustan más que bien a la oscuridad, teniendo así visión nocturna.
El cuarto todo negro, desde el piso hasta las paredes, sólo tenía una ventana que él mismo había cubierto, de modo que no entrase ningún tipo de iluminación. Además poseía una grande y cómoda cama, junto a ésta, estaba el estante donde guardaba sus cuadernos y sus libros favoritos. Si, él amaba leer porque tal y como dijo Samantha, los libros tienen el poder de teletransportarte a mundos y realidades totalmente ajenas a las tuyas. Cada personaje puede transmitir y dar su punto de persección de las cosas en su vida y eso le parece asombroso a Jaxon.
Entonces la recordó, Samantha. Cerró los ojos y se sentó en la cama apoyando los codos en sus rodillas. ¿Qué se supone que hará ahora?. Ella ya sabe bastante sobre él y le sorprende que no haya salido corriendo asustada. Por otro lado, también le preocupa hacerle daño. Sin embargo, cada vez que ve sus ojos grises, siente algo único, siente paz y tranquilidad.
Además está la misión. ¿Será capaz de traicionar así a Samantha?.
—Escucha, sobre lo que viste hoy...
Ahí estaba Samantha lavando los platos mientras Logan le hablaba preocupado. Ella lo interrumpió.
—Logan, tranquilo. No le diré nada a nadie, además, te ayudaré— le sonrió y siguió lavando los platos y él parpadeo varias veces incrédulo.
—¿Tú?— dijo viendola de los pies a la cabeza. Samantha lo fulminó con la mirada y cerró la llave del agua secándose las manos para luego voltearse hacia Logan.
—Si— afirmó rodando los ojos, ¿Por qué todos la subestiman tanto?— pero debes saber que Jaxon no tiene nada que ver, ni siquiera sabe donde está tu padre.
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Controlando Al Monstruo
Novela JuvenilSamantha es una chica maltratada por la vida. Sus padres fallecieron cuando era muy pequeña y ahora debe soportar los maltratos en el orfanato y en su empleo como sirvienta en la casa de Logan Thompson, el chico más popular de todo "Warren", su secu...