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Jaxon manejaba a una velocidad inimaginable saltandose, incluso, los semáforos. No le importaba nada, sólo llegar y salvar a Samantha. Llegó a la mansión Thompson y corrió dentro sobresaltando al ama de llaves, una señora mayor, quien le abrió la puerta. Con su brazo la hizo a un lado para subir las escaleras sin dejar de gritar el nombre de la castaña. Una vez arriba, se encontró el cuerpo inerte.

—Thompson— se sentó a un lado del cuerpo y puso dos dedos en el cuello frío del chico para percibir algún pulso que indicara que aún estaba con vida— Hey, Thompson —volvió a decir mientras lo sacudía un poco. Éste no despertó.

Cargó el cuerpo sin mayor esfuerzo y bajo las escaleras viendo como la ama de llaves corría a la cocina asustada.

—¡Oiga!—la señora se detuvo y lo miró con los ojos muy abiertos— ¿Donde ésta?.

La anciana dudo en hablar, entonces Jaxon se acercó a ella amenazadoramente. La ama de llaves, temiendo por su vida, habló temblando.

—Ella la llevó al banco central de la ciudad.

Sin decir nada, corrió a su camioneta que aún estaba encendida y dejó el cuerpo de Logan en los asientos traseros.

Al llegar a su destino, un recuerdo se le vino a la mente de cuando su padre le contó sobre su nueva misión. Fue hace unos meses, antes del inicio de clases para ser exactos. Una hermosa joven castaña de ojos grises ingresaba al orfanato que observaban desde su camioneta.

—Es ella—dijo su padre. Jaxon pasó la mano por su cabello analizando a la joven, su nueva misión.

—Es huérfana —dijo serio observando ahora al hombre que odiaba tanto. Éste sonrió.

—Lo sé, por eso es tan fácil. Sólo debes ser amable con ella y ganarte su confianza. Luego debes traerla a mi y yo me encargare del resto, pero debes tener cuidado con Margaret. No queremos que ella interfiera en nuestro plan, ya tiene bastante ventaja al tenerla trabajando en su mansión, pero sé que no podrá resistirse a ti.

Jaxon sonrió con autosuficiencia. Si lograba ésta misión, podría irse finalmente. Ése era el trato acordado con su padre, si él hacía esa última misión, lo dejaba ir. Pero claro que el joven no contaba con que la chica lograra tanto en él, como hacerlo descubrir que si tiene sentimientos o que puede hacer cosas buenas por los demás. Ella controlaba al monstruo que vivía dentro de él.

—¿Pero qué...

El rostro de la Señorita Grease era todo un poema cuando vió irrumpir a Jaxon en su orfanato con un joven ensangrentado en sus brazos.

—¿Donde ésta Hayle?—Preguntó apurado. Antes de que la señora respondiera, alguien bajó apresuradamente las escaleras.

—Ella no está—dijo Diana poniendo ambas manos en su boca al ver a Logan en ese estado— ¡Logan!.

Jaxon dejó al joven recostado en el cuarto de Diana, quién prometió cuidarlo hasta que recuperara la conciencia, y luego se marchó corriendo.

Samantha bajó del auto de la Señora Thompson y fue guiada dentro de un banco.

—Vas a cobrar el dinero y luego nos marchamos de aquí —Dijo la mujer que llevaba a la castaña tomada de un brazo firmemente para que no se escapara.

—¿Qué dinero?—dijo la joven confundida.

—El de tus padres— dijo obvia la Señora Thompson.

—Ese dinero lo tiene la Señorita Grease —dijo triste al recordar cuando se lo quitó.

—Esa sólo era una pequeña parte— sonrió —el verdadero dinero ésta aquí.

Controlando Al MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora