Los 16 días que quedaban pasaron sin piedad. Con Caro no habíamos hablado desde esa tarde, pero nos topamos en un montón de lugares, las dos somos muy orgullosas, quería acercarme a saludarla, pero ella no me dejaba, se alejaba un montón cuando cruzábamos miradas. Con el Seba sigue todo igual, la distancia es lo que caracteriza nuestra relación, creo que a el solo le gusta saber que soy de su ‘propiedad’.
Hoy es un gran día, por fin conoceré a mi autor favorito de mi libro favorito, aun que con un gusto amargo al no tener a mi mejor amiga aquí. Me arreglo y me voy a la librería, la más grande de Santiago para el más grande de la literatura. Me gusta llegar temprano a mis eventos, pero creo que hoy me excedí, ni siquiera han abierto las puertas del recinto. Trato de ver si puedo abrir la reja, pero no, estaba con candados aún. Me apoyo en la reja para pensar, cuando alguien me toma del brazo.
—Por acá —me dice en tono frío, es Caro—.
—¿Qué haces?
—También es mi sueño, estuve planeando esto los 16 días que faltaban, la idea era hacerlo juntas, pero bueno —logra hacerme sentir mal con eso—. Pero tranquila.
—¿Y qué hacemos? —Ansío saber su plan—.
—Estudie cada puerta de esta librería y la salida de emergencia esta siempre abierta, solo hay que meterse por el sótano donde guardan los artículos de aseo —dice tan segura que suena como una broma—.
—¿Qué? -me río—. Bueno, bueno, yo solo te sigo.
—Tú sabes que no puedo contener la emoción y en una de esas nos encontramos al Tristán antes —dice emocionada—.
Caro me toma de la mano y sentí de inmediato esa conexión de hermanas. La sigo para concretar su plan, siento el corazón en la garganta por la adrenalina, si nos descubrieran sería tan divertido para las dos, siempre nos reímos de lo malo que nos pasa. Ya dentro del sótano, vemos un montón de cajas, detrás de ellas estaba la escalera que nos subiría a la librería, o eso pensábamos. Caro subió de las primeras porque yo no podía aguantar la risa, cuando me expongo a situaciones de mucho silencio, no aguanto los ataques de risa. Al asegurarse que no había nadie, mi mejor amiga tomó mi mano para subirme por completo al piso de arriba.
—Esto es raro… —dijo extrañada Caro—. No veo ningún libro.
Es raro, subimos a un pasillo literalmente blanco. De pronto, se escucha el ruido de un montón de gente que se acercaba desde el final del pasillo, tratamos de escondernos en algún lugar, pero no encontramos nada, atinamos a quedarnos paralizadas en medio del pasillo.
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Enredada en tus cintas
FanfictionTini es parte de la intensa vida que tiene una fangirl profesional. El Wi-Fi, el desinteres de sus ídolos por su país y el precio de los libros son sus principales dilemas, pero su vida tomará otro camino al ser parte de todo lo que ella ama, solo f...