Capítulo 1: Fangirl

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Mi vida se resume en: ‘’Solo uno más’’. Un capítulo más para Netflix, para Wattpad, para mis libros. Es el sentido de estar de vacaciones, dormirse demasiado tarde para despertar, levantarse y que tus padres tengan el almuerzo servido, pero hoy fue diferente, mi mamá no fue a despertarme como de costumbre, pensé en seguir en la cama, pero preferí levantarme. Bajo al primer piso y abro la puerta de la cocina, un post it pegado en el refrigerador: ‘’Mi amor, te dejamos comida en el microondas, volvemos dentro de unas horas, no te olvides que hoy vienen los clientes de tu padre, procura no salir’’. Muchos al tener la casa sola un par de horas llamarían a su pololo, así aprovechar de estudiar un poco, obvio, pero estoy mas sola que la casa. No me queda de otra que seguir viendo a los chiquillos que bailan kpop en el Bienvenidos, así de intensa es mi vida. Me concentro viendo el matinal y comienza a sonar mi teléfono, es Caro.

—Hueóna —gritó junto a una canción de la Mon Laferte—. Anda ahora al Twitter del Tristán, apúrate.

—Ay, ¿qué paso? —dije asustada—.

Espérame, te llamo cuando lo vea.
Se me acelera el corazón, si es lo que creo por fin se cumpliría nuestro sueño. Bajo y bajo para encontrar la publicación, no la encontraba. Mejor tecleo en buscar: Tristán Martínez, leo ‘’Algo Salió mal. Revisa tu conexión e inténtalo de nuevo.’’ CON-CHA-TU-MA-DRE. Salgo de mi casa y corro a la de Caro, me quedaba a unas cuadras, no es que este acostumbrada a correr, se ve reflejado en mis notas de educación física, pero esto era de vida o muerte. Llego, tomo una piedra y golpeo la reja desesperada, desde la ventana y sin asomarse, Caro me tira las llaves, en cuestión de segundos ya estoy en su pieza. Me abalanzo sobre ella para quitarle su teléfono, veo la publicación y gritamos juntas.

—Quedan 16 días, hueóna —le dije indignada—.

—Pero se pasan volando los días —dijo tratando de calmarme—. ¿Te das cuenta todo lo que hemos esperado por esto? Más de tres libros publicados y recién viene a presentar uno.

—Es que no caigo, amo que ames y amemos juntas al mismo escritor —me enredo—.

Nos abrazamos tratando de contener la emoción, pero todo buen momento trae su toque amargo, o así dice mi abuela. Recibo una llamada: ‘’Seguridad’’. Mierda, dejé la puerta abierta.

Enredada en tus cintasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora