19.

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- ¿Qué haces?. Nayeon estaba nuevamente enfadada.
- Ayudándote.
- ¿A mí? ¿De qué manera?.
- Sé que no estás lista para ver a Mina y Momo juntas, por eso hice esto.
- ¿Debería agradecerte esto?. Con la última persona que debería enfadarse Nayeon es Jeongyeon pero la mayor quería desahogarse con alguien y para su mala suerte Jeongyeon era la más cercana.
- No espero un gracias de todos modos. Dijo Jeongyeon para coger una de las mantas que estaban sobre la cama y recostarse en el mueble.

Nayeon soltó un gran suspiro, algo en ella la hacía sentir culpable de desahogarse con Jeongyeon pero gran parte de ella se sentía bien, "gritarle un poco en venganza por lo que he pasado estos años" se decía a sí misma.

- Mañana esto acabará. Dijo Jeongyeon aún molesta dispuesta a dormir.
- No puedo esperar a que sea mañana. Dijo Nayeon para recostarse en su cama y dormir.

El cuarteto se levantó temprano, todas querían regresar a sus vidas.

- ¿Listas para irnos?. Dijo el hombre amablemente.
Todas asintieron.
Nayeon fue la primera en entrar, sentándose en el asiento del copiloto, Mina fue la segunda, seguida de Jeongyeon y Momo en la parte de atrás.

Apena llevaban diez minutos, había un gran silencio, ignorando los ruidos del automóvil.
- Jeongyeon. Susurró Momo, estaba recostada en el hombro de su amiga.
- ¿Mmm?.
- Me debes dos favores, no me dejaste compartir habitación con minari y ahora no me dejas sentarme a su lado. Momo estaba más dormida que despierta.
- Te recompensare, te compraré toda la comida que quieras.
Momo sólo sonrió en respuesta.

Pasaron otros diez minutos, ésta vez la única despierta era Nayeon, la música que había en el auto era trot coreano.
- ¿Falta mucho?. Nayeon estaba más que aburrida.
- Estamos a media hora. En cuanto terminó de decirlo el auto se detuvo.
- ¿Qué pasa?. Preguntó Nayeon.
- No lo se. Dijo el hombre para bajarse del auto.

- ¿Por qué nos detuvimos?. Jeongyeon se había levantado.
- Algo paso con el auto. Respondió Nayeon.
- ¿No hay gasolina?. Mina también se había levantado.
- Tal vez. A Nayeon le costaba ver a Mina a los ojos.
- Tengo malas noticias. Dijo el hombre regresando.
- ¿No hay comida?. Momo estaba hablando dormida.
- El auto se descompuso, no nos llevará a ningún lado.
- ¡¿Qué?!. Nayeon ya estaba cansada.
- Tenemos dos opciones,  acampamos aquí o-.
- Nos iremos caminando. Dijo Jeongyeon interrumpiendo al hombre.
- ¿Seguras? Son cerca de 10 kilómetros.
- Estaremos bien. Aseguró Jeongyeon.
- Esta bien, si cambian de opinión estaré aquí acampando.
- Vámonos. Dijo de manera firme Jeongyeon.

Nayeon salió del auto, a pesar de no contradecir a Jeongyeon no estaba de acuerdo con el hecho de caminar 10 kilómetros.

- Momo despierta. Decía dulcemente Mina.
- ¿Ya llegamos?.
- Aún no.
- ¿Hay comida?.
- Aún no.
- ¿Para qué debo levantarme?. Momo mantenía los ojos cerrados.
- Debemos caminar. Dijo Jeongyeon para levantarse, Momo hizo lo mismo.
- ¿Caminar?. Momo no entendía.
- El auto se averió. Dijo Jeongyeon.
- Pues esperemos a que se arregle.
- Estamos cerca, caminaremos.
- ¿10 kilómetros te parece cerca?. Se quejó Nayeon.
- No quiero caminar. Dijo Momo en forma de berrinche.
- Te cargaré. Respondió Jeongyeon.
Momo sonrió ampliamente.

Todas se pusieron en marcha, Momo iba durmiendo en la espalda de Jeongyeon mientras que Nayeon estaba perdida en sus pensamientos.
- Avísame cuando te canses, llevaré a Momo. Dijo Mina.
- Esta bien.
- ¿Cuánto tardaremos en llegar?. Preguntó Nayeon.
- Tal vez tres horas. Respondió Mina.
- No aguantaremos tanto. Volvió a quejarse Nayeon.
- Tomaremos descansos. Dijo Jeongyeon.

Nadie volvió a hablar, Jeongyeon estaba tan cansada que no decía nada, Mina no hablaba porque no sabía que decir y a Nayeon le agradaba el silencio.
Después de media hora tomaron un descanso.
- ¿Qué es lo primero que harás al llegar a la ciudad?. Le preguntó Jeongyeon a Mina, todas estaban sentadas a la orilla del camino.
- Ponerme al día en mis materias, tendré mucho que hacer.
- Siempre piensas en tus estudios.
Mina sólo sonrió.
- ¿Qué harás tú?. Jeongyeon le preguntó a Nayeon.
- No lo se, ¿Qué harás tú?.
- Soportar los regaños de papá.
- Yo seré la novia de Mina al regresar. Dijo aún media dormida Momo.
De nuevo todo estaba incómodo.

- I-Iré a dar un vuelta. Dijo Nayeon para ponerse de pie.

- Momo duerme todo el tiempo y cuando despierta sólo comete errores. Dijo Jeongyeon para ponerse de pie y seguir el camino de Nayeon.

- ¡Nayeon!. Dijo la de cabello corto en cuanto vio a la mayor.
- Regresa con las japonesas. Dijo cortante.
- Espera sólo un momento.
- ¡¿Qué?!.
- Sé que Momo es torpe pero lo que dijo no lo hizo con malas intenciones, estaba más dormida que despierta.
- Lo sé.
- Momo es como una niña.
- Lo sé.
- Todo esto se repetirá... Debes olvidar a Mina.
- ¡No hablaré contigo de esto!.
- ¡Haz lo que quieras!.
- ¡Todo es tu culpa, tuya y de tus amigas!.
- ¡Deja de culpar a los demás!, nadie es responsable de lo que pasó, Mina prefiero a Momo y-. Jeongyeon fue silenciada con una bofetada.
- ¡Todo es tu culpa!. Dijo Nayeon con los ojos brillosos.

Jeongyeon no se quedó tranquila y respondió el golpe, en cuestión de segundos comenzó una pelea, con Jeongyeon a la cabeza. Golpes iban y venían, Jeongyeon al querer lanzar un golpe tropezó con una raíz cayendo al suelo, Nayeon aprovechó esto y atacó más, mientras daba los golpes sus lágrimas caían.
Jeongyeon no podía hacer nada más que cubrirse, al ver la oportunidad Jeongyeon empujó a Nayeon con todas sus fuerzas, haciendo que cayera a un lado de manera brusca.

- ¡Madura!. Gritó Jeongyeon exhausta.
Aún con poca energía Jeongyeon se puso de pie y se acercó a Nayeon, a pocos pasos se detuvo, estaba temblando, sentía la falta de aire, sentía sus manos heladas y sudadas... Sentía el peso de sus errores.

Nayeon estaba a pocos pasos, recostada entre varias hojas, inmóvil.

Jeongyeon no podía moverse ni pronunciar palabra alguna.
Cayó de rodillas y se arrastró hacia donde estaba Nayeon, tomó su cabeza entre sus manos sintiendo algo húmedo, suplico en su mente que no fuera lo que pensaba pero al retirar su mano se dio cuenta... Dio en el clavo... Nayeon estaba sangrando.
Jeongyeon presa del temor retrocedió tropezando con varias cosas.

- Na... Na.... ¿Nayeon?. La voz de Jeongyeon era muy aguda, apenas audible.
Miró sus manos, manchadas de sangre, la sangre que muchas veces había hecho derramar y que había derramado, pero esta vez era diferente, ésta vez fue un error... ¿Pero alguien lo vería así?... No... Se basarían en sus antecedentes, en su pasado, nada más que eso sería tomado en cuenta.

Jeongyeon se puso de pie y le dio la espalda al cuerpo de Nayeon, hizo varias respiraciones profundas, debía tranquilizarse, debía pensar.

Se acercó nuevamente a Nayeon, conteniendo sus lágrimas, se puso a un costado y empujó su cuerpo por una bajada, debía ocultar su error, debía ocultar la verdad.

Jeongyeon cayó de rodillas, derrotada, nunca en su vida se sintió peor que ahora, ninguno de sus delitos ni la suma de estos se comparaba con lo que sentía ahora.

Varias gotas bañaron su rostro, una mezcla de lágrimas y lluvia, que limpiaron sus manos más no su alma, sus recuerdos la atormentarian, ella mismo se castigaría.

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Creo que esto explica el título de la historia, como dije está historia sería diferente a las que he escrito :)

Ahora se viene lo bueno...

Att: Thaiz-Once.

Entre el Cielo y la Tierra [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora