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Miércoles 20, 8:30 AM.

El sonido del teléfono hizo que la coreana despertara asustada.
- ¿Si?.
- ¡Qué hacen con el señor Yoo!.
- ¿Taecyeon?. Dijo Jihyo aun con sueño.

- Comandante.

- No hay nadie conmigo Taecyeon.
- ¿Cuando aprenderas a respetarme?.
- Taecyeon eres mi hermano.
- En el trabajo soy tu comandante.
- Ahora estamos solos, ¿Para que me llamas tan temprano?. Dijo la menor para bostezar.
- ¿Dormiste de nuevo en la oficina?.
- No quiero perder tiempo si llega alguna información.
- ¿Estas comiendo bien?.
- Si.
- Acaban de visitar mi oficina una docena de abogados.
- Ahh... son del director Yoo.
- ¿Dónde esta?.
- En la sala de interrogación.
- ¿Desde cuando?.
- Ayer.
- ¿Qué cargos tiene?.
- Obstruyó la investigación, creemos que mantiene oculta a una de las sospechosas.
- ¿Crees?.
- Si.
- Liberalo.
- ¿Qué?.
- Liberalo y siguelo, tal vez te lleve con la sospechosa.
- Gracias Taecyeon. Dijo la de menor rango para colgar.

Jihyo abría la puerta de la sala de interrogación, traía consigo un café.

- Buenos días. Dijo para poner el café al frente del director Yoo.

- ¿Ya llegaron mis abogados?.

- Señor Yoo... si sabía lo que su hija estaba haciendo ¿Por qué no la detuvo?.

- No se de que habla.

La oficial estaba a punto de perder la paciencia.

- Necesito que me llame en cuanto regrese su hija.

- ¿Ya puedo irme?.

- Si.

Sana había recibido una llamada a primera hora, salió rápidamente de su casa y se subió a su auto, la llamada era anónima, la citaba al parqueadero de la universidad.

Ya habían pasado diez minutos, de repente alguien golpió el vidrio de su ventana.

- No la baje. Habló la voz al otro lado del vidrio, la voz era de una chica joven, seguramente estudiante.

La japonesa asintió.

- ¿Qué quieres decirme?.

- El último paradero de Im Nayeon, Yoo Jeongyeon, Myoui Mina y Hirai Momo.

- Continúa.

- El sábado hubo una fiesta... asistieron las cuatro.

- Lugar y lista se invitados. Dijo Sana para bajar un poco la ventana.

Una pequeña hoja pasó.

- No se el lugar pero las personas en la lista se lo dirán... espero que encuentre a Nayeon.

- Lo haré. Dijo la japonesa para salir de allí.

Mientras la japonesa entraba al edificio el director Yoo salía.

- Veo que sus abogados lo ayudaron.

- Deberían agradecer que no las demande.

Sana solo sonrió.

- Te tengo algo. Dijo la japonesa mientras entraba a la oficina de su amiga, como siempre traía un café.

- ¿Qué es?. Jihyo estaba recostada en su escritorio.

Entre el Cielo y la Tierra [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora