¿Qué pasaría por tu cabeza si de un momento a otro tu vida da un giro extraordinario e inexplicable?
¿Si por cuestiones que no entiendes el tiempo tiene que retroceder y debes empezar de nuevo?
*EL TIEMPO QUE NOS SEPARA (Christopher Vélez)* by Elen...
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La alarma en mi celular empieza a sonar y me despierto poco a poco con mucha pereza hasta tomarlo y apagarla. Se me escapa un gran bostezo y decido finalmente sentarme sobre la cama para supuestamente esperar a que el resto del sueño desaparezca. Pero como siempre, es en vano.
Restriego mis ojos en un último intento de no volver a estamparme sobre la almohada a dormir y un movimiento a mi izquierda llama mi atención. De inmediato una sonrisa se me escapa al ver a Samy dormida plácidamente sobre mi cama.
Últimamente no hacia más que aparecerse de la nada en medio de la noche y acostarse a dormir conmigo. En muchas ocasiones ni siquiera me he percatado de ello, sino hasta después de levantarme.
Me acomodo a su lado tratando de no despertarla y la observo varios segundos. Su rostro está sereno y relajado, luce tan hermosa como cada día que despierto y la encuentro a mi lado. Tomo con delicadeza un mechón de cabello que está molestando sobre su rostro y lo acomodo por detrás de su cabeza. Empieza a dar indicios de que está despertando pero luego sigue durmiendo como si nada.
Un golpe en la puerta me sobresalta y me pongo de pie de inmediato. Quito el seguro de la puerta y abro con cautela para que no se note la cama.
—Ah, buenos días, mamita hermosa —deposito un beso en su sien.
—Buenos días, mijo. Pensé que te habías quedado dormido.
—No, mamita ya estaba por empezar a arreglarme —respondo con una sonrisa.
—De acuerdo, mi amor. Intenta no arrugar el traje al ponértelo.
— Lo intentaré —río y niega.
—Yo iré también a por ello.
—Quedará más hermosa de lo usual, mamita.
—Gracias, mi amor —toma mi mejilla con cariño y sonríe. —Ahora ve o se nos hará tarde.
Entra a su habitación y cierra la puerta. Yo hago lo mismo y en cuanto me giro me topo con unos ojos somnolientos observándome.
—Perdón por despertarte, mi pulgüita —me acerco hasta ella y beso su frente.
— ¿Qué hora es? —pregunta un poco dormida aún.
—Un poco más de las 6:30. ¿No se te hace tarde?
— ¿Tarde? —frunce el ceño y segundos después finalmente abre los ojos recordando. — Ay pero que tonta soy, no sé como pude olvidarlo, Chris. Lo siento —dice empezando a levantarse de la cama con torpeza y se enreda con la sábana cayendo al suelo.
Empiezo a reír a carcajadas y Samy mira hacia la puerta asustada.
— No te rías, nos van a descubrir.
—Lo lamento, amor —digo tratando de calmarme mientras la ayudo a ponerse de pie.
—Tengo que irme o no llegaré a tiempo a la recepción —habla con rapidez y se acerca dándome un beso sutil sobre los labios —Te amo. Nos vemos al rato —dice y al instante desaparece de la habitación.
