Capítulo 4

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¡¡¡Por fin viernes!!! Cuánto estaba deseando de que llegase el fin de semana.
Hablo con David para quedar en irnos a tomar algo, cuando éste me comunica que en una disco hay una fiesta de disfraces.

Uy, uy...que me las vengo venir.  El año pasado nos disfracemos de mujeres de época y al final tuvimos que partirle la cara a unos cuantos salíos.

—Chicos...si nos importa me gustaría acompañaros.—Propone Tomasa con una voz cálida y vergonzosa. Bueno no era el plan que tenía para ella. ¿Pero porqué no?

—Por mi no hay problema. ¿Y por ti David?

—Tampoco. ¿Pero de qué nos vamos a disfrazar?

Los tres nos quedamos mirándonos pensativos hasta que a mí querido amigo propone disfrazarnos de Frozen y Spiderman. Y como era de suponer yo debo vestirme de Elsa, David de Ana y Tomasa de Spiderman. Se supone que es para hacer más gracia. Aunque yo no sé dónde está la gracia tenerme que vestir de princesita.

Al salir del bufete fijamos la hora y el lugar para quedar, seguidamente llamo a Yasmina y le propongo que se una a nosotros. Ella encantada acepta. Pero claro sin la escolta no sale.

Con los disfraces en mano, David y yo nos vamos hacia mi casa.

—Verás el pitorreo que se va liar cuando nos vean las chicas vestidos de princesita.

—Ya me lo imagino, porque vamos el rubio no te pega.

—Pues a ti las trenzas te quedan de lujo.—Me mofo de David empezando a reír a carcajadas.

Al pasar a casa, David saluda a Yasmina y Pilar. Yo saludo a mi hermana con un beso en su mejilla y con "hola" algo seco me dirigí ha Pilar.

Durante la cena hablamos de los disfraces y de dónde daba lugar la fiesta. Animados por mi hermana y Pilar nos fuimos a cambiar. Al parecer ellas habían elegido vestirse de Heidi y Clara.

Mientras Pilar me maquilla escucho que se disculpa conmigo. Aunque su apariencia es fuerte sus ojos muestran sinceridad.

—No pasa nada. Espero que algún día hablemos como amigos.

—Si yo no te pido disculpas por mandarte a la mierda. Te agradezco el detalle de no haberle contado nada a Yasmína.—Anda jodela, cuando quieras vuelves Naim.

—Tranquila Pilarica, puedes dormir plácidamente por las noches, no voy a ir hasta tu habitación para meterme mano.—De pronto su expresión cambia. Es como si un recuerdo la persigue y lo deduzco de cómo el tono de su piel a cambiado.

—Pilarica tengo que irme, ¿terminas de maquillarme, plis?

—Si claro. —De nuevo su rostro ha cogido color y ella vuelve a ser la que era. Respiro hondo cuando tengo su cara tan cerca de la mía. Con detenimiento observo sus rasgos, y en verdad si no fuera por la boca de víbora que tiene, me enamoraría inmediatamente de ella. Es perfecta, sus ojos marrones se cruzan con los míos y como dos tontos empezamos a sonreír.

—Tienes unos ojos muy bonitos Naim.

—Es para mirarte el canalillo.

—Ummm, y unos labios sensuales y apetecibles.

—Es para ponerte verde. —Un comentario de David hace que me distraiga y al voltearme para que Pilar me pinte los labios me quedo a cuadros con el beso que me deja fuera de órbita.

—¿Qué haces? —Como si no supiera sus intenciones. Pero viniendo de Pilar sé que me soltará alguna pulla.

—¡Hey! chaval no te excites. Sólo quería probar tus labios.

DÉJAME AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora