Capítulo 27

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Antes de comenzar a trabajar, quedé con Tomasa antes, pienso que le debía una explicación por mi comportamiento de ayer.
Mientras nos tomamos un café, Tomasa como siempre me escucha con atención dándome sus mejores consejos.

— Naim desde mi punto de vista, creo que sí has intentado hablar con Pilar y ella sigue terca en no escucharte, lo mejor que puedes hacer es continuar con tu vida y si estás interesado en Almudena, ve despacio conociéndola y...bueno el tiempo decidirá si estáis hechos el uno para el otro.

Me quedé pensativo removiendo mi café pensando en el antes y el ahora.
A pesar de todo, Tomasa lleva razón, si las cosas con Pilar no han llegado a nada, lo mejor es intentarlo con Almudena, ella tiene una manera de atraerme y hacer que los minutos sean lentos y al llegar la noche deseé permanecer más tiempo con ella.

Por ello, nada más llegar a mi oficina reviso un caso que me entregó hace días, y...como tengo algo de tiempo antes de reunirme con mis empleados decido con la pésima excusa de que no hay  teléfono de la clienta, subir hasta la planta 8 donde ella trabaja y al menos poder verla e intentar quedar con ella.
Aunque no sé yo si aceptará después de la forma tan poco cordial que le hablé.

Subo al ascensor y pulso el botón. Nada más salir del ascensor voy directo hacia el mostrador donde hablo con la mujer diciéndole lo que ocurre,mientras la señora busca la información del expediente, mientras tanto yo busco con la mirada Almudena.
La localizo sentada muy concentrada mirando la pantalla del ordenador anotando algo en papeles.
Sonrío dándome el privilegio de verla desde la distancia percatándome no solo de su belleza, si no del cosquilleo que me hace vibrar al encontrarse nuestras miradas.
Sus labios se estiran mostrándome una bella sonrisa, seguido se levanta  dirigiéndose hacia mi.

— Buenos días Naim, qué tal estás.

— Buenos días Almudena, bien comenzando el trabajo, he venido porque iba a ponerme en contacto con la denunciante, pero al parecer no hay ningún medio donde pueda contactar con ella. — Si había, pero lo he borrado precisamente para verte a ti.

— Qué extraño, normalmente dejamos número de teléfono y dirección de e-mail. — Confundida mira a su compañera, las dos no se explican lo sucedido, y a mí me da tiempo de susurrarle al oído aprovechando que la señora sigue buscando entre los papeles, si quiere que nos veamos a la hora de comer. Ella no tarda en ruborizarse, se muerde su labio inferior mirando hacia el tablero del mostrador, mientras yo espero impaciente por que diga sí.

Al final, Almudena me mira con un rostro triste como de que no va poder ser.

¡Mundo chasco!
Me enconjo de hombros con la intención de quitarle importancia al asunto, le dedico una de mis mejores sonrisas, respondiendo que no hay problema, en otra ocasión será.
Su compañera me da al final la información que supuestamente iba a buscar, me despido de las dos y me voy de nuevo por dónde he venenido.

Pues nada, al final me ha salido el tiro por la culata.
Y mira que venía yo con la intención de ligar, pero como se suele decir no todo se puede obtener en esta vida.

Llego cansado a casa, el día ha sido un poco agotador, es lo que hay si deseas sacar adelante tú empresa.

Nada más darme una ducha, me pongo el traje de motero, hoy me apetece coger la "pepa", la moto de mí hermana Yasmina e irme a dar una vuelta.

Hacia tiempo que no sentía esa paz, el aire golpear mi cuerpo a la vez que acelero haciendo zis-zas entre los coches.

Me encuentro sentado en las afueras de la ciudad en una gran esplanada donde vienen algunos coches de parejas a pegarse el lote.
Y sino que me lo pregunten a mí que orquesta estoy escuchando.
Y en cierto modo siento hasta envidia de estar aquí solo, aunque no me importe demasiado puesto que sigo pensando que algún día encontraré el amor de mi vida.

DÉJAME AMARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora