Después de salir de aquel lugar cargando a Pilar como un saco patatas. La monté en mi auto aún seguía medio inconsciente. Quería llevarla a un médico, pero sin su consentimiento no podía hacer nada. Por lo cual se me ocurrió la brillante idea de llevarla a una pensión.
Una vez registrado, tumbé con delicadeza a Pilar en la cama. Mientras ella volvía en sí, yo mientras tanto hice unas llamadas.
—Donde estoy—Pronunció mientras intentaba volver en sí.
—Pilar, soy Naim. Abre tus ojos, estás conmigo, abre tus ojos.—Le repetía mientras acariciaba su rostro. Con afecto le cogí de su mano viendo que empezaba a ponerse nerviosa. Alterada se incorporó a la cama.
—Pilar, tranquila estás a salvo. La abrace con afición dejando que ella rompiese a llorar. Intenté calmarla, con amor la mire limpiándole sus gotas. Algo más tranquila le pregunté por lo sucedido.
Ella con sus ojos cristalinos mirando al vacío empezó a contarme.
—Te escucho Pilar, por favor confía en mí y no trates de engañarme porque lo he visto todo.
—Naim, yo...no sé ni por dónde empezar, porque nunca nadie me ha creído.
—Pilar, ven apoya tú cabeza en mi hombro y cuéntame lo que llevas ahí almacenando. Yo te creo y estoy dispuesto ayudarte mi tesoro.
—He callado por tantos años evitando problemas y por miedo que ya no sé ni por dónde empezar. No es tan sencillo decir a cualquiera que mi padrastro ha abusado de mí durante años.
Todo comenzó cuando mi madre me llevó con ella a EE.UU. porque para serte sincera mi vida no ha sido fácil. Mi madre quedó embarazada de mi cuando tenía dieciséis años. Mi padre biológico no sé ni quien es. Solo sé que mi madre quedó embarazada de mí de una noche de pasión. Y durante mis veintiséis años, siempre la he escuchado decir que yo he sido un error en su vida.
—¿Qué culpa tienes tú que tú madre no usara la cabeza?
—No lo sé. Pero ella me lo repite constantemente. De hecho se fue a EE.UU. ha buscar trabajo y allí fue donde conoció a André. Poco después se casó con él y me llevó con ella. Yo vivía con mi abuela, y ojalá nunca me hubiera separado de ella. Porque desde el primer día que puse los pies en esa casa, mi vida se convirtió en un infierno.
Mi madre se la pasaba todo el tiempo haciendo que sea una mujer educada y refinada, como Liset. Pero yo no podía seguirle el juego, mi padrastro ya había comenzado abusar de mí y sus continuas amenazas seguidas de golpes hacían que fuera prisionera de mi propio miedo.
Naím era una niña de once años, qué iba a saber yo de sexo. Y cuando decidí contárselo a mi madre, ella nunca me creyó. Jamás me defendió, siempre se puso de parte de André. Me castigaba humillándome con mi aspecto, me decía que porque le hacía eso, porque no quería verla feliz. Esa era su argumento. Y mientras tanto yo recibía los golpes de él y sus manos recorrer mi cuerpo y...
—Tranquila mi tesoro, tranquila si no puedes déjalo.
—Naím siempre he estado sola, nunca recibí apoyo de nadie, hasta que ese miserable llegó a violarme.
Siento una descarga de irritación recorrer cada fibra de mis venas. El odio hacia ese miserable se ha esparcido por todo mi cuerpo. Aprieto mis manos tan fuerte, sintiendo mis músculos tensos. Si en esos momentos lo tengo enfrente, juro que lo mato con mis propias manos.
—Me acuerdo una vez que fuimos de vacaciones, tenía trece años. Me acorraló en la habitación del hotel y me tumbó en la cama sujetándome las manos, grité con todas mis fuerzas, pero él, muy astuto me tapó la boca. Me acuerdo que pasó Liset, vio todo y no hizo nada. En esos momentos no llegó a más. Solo le dijo a su hija que me estaba castigando por haberme portado mal. Y mi madre, mientras tanto tomando el sol en la piscina del hotel. Amenazó a Liset con hacerle lo mismo si abría la boca. Y así fui pasando mi tortura, hasta que en unas vacaciones de verano le supliqué a mi abuela que estudiaría y que no me llevase con mi madre. Ella me acogió en su casa, y por fin pude respirar. Mi pesadilla terminó.
—Pilar, llora si con eso se sientes mejor, pero te juro por lo más sagrado que tengo, que es papá pitufo, que ese hijo de puta se va ahora enfrentar ahora a mí. No estás sola Pilar. Nunca te dejaré sola. Prepárate, porque ahora ese cabrón va ir a la cárcel, de algún modo va pagar por lo que te hizo. Hazme prometer que me ayudarás y serás valiente, sacarás tu coraje para la lucha que vamos a iniciar.
—Naím, no sé qué' decir, en estos momentos estoy algo confundida, no quiero que tengas problemas con él. André está metido en la política y Liset es policía, no lo vamos a tener fácil.
— ¿Cómo? ¿Liset Policía?—Más cara de bobo no se me ha tenido que poner al escuchar que Liset es poli. Creo que voy a tener que llamar de nuevo a Isaac para que me esplique.
Estreché a Pilar dejando que de nuevo volvieran aparecer sus lágrimas, verla en ese estado me mataba por dentro. Ahora comprendo y entiendo todo lo que ha debido pasar por culpa de un desgraciado. Se había encerrado en una torrecilla de miedos e inseguridad bloqueándola de lo bello que es la vida, y todo por culpa de un hijo de puta. Pero si algo tengo claro es que no voy a parar hasta darle lo que se merece.
Un rato después, cuando Pilar está algo más relajada y hemos dormido un poco, nos vamos a desayunar. Seguidamente tras desyunar nos vamos ha casa de su abuela.
Pero cual es mi sorpresa que al llegar, vemos a dos agentes de la policía. Intento tranquilar a Pilar y seguidamente busco a uno de los policías.
Media hora después, me encuentro en la comisaría declarando porque supuestamente André me ha puesto una denuncia por agredirle.
Mascullo blasfemias alterándome cada vez más, hasta que el jefe de policia me anuncia que estoy detenido por agresión e intento de violación.
Me quedo asombrado, mortificado por todo lo que está sucediendo. Intento explicarle al policía que yo no tengo nada que ver, que ha sido André, pero claro, solo Pilar puede corroborar mi versión de lo hechos.
En ese momento siento como todo mi entorno gira a cámara rápida, puesto que me han culpado de algo que ni siquiera he hecho. Y lo que más me fastidia ha sido que Pilar ha afirmado la declaración de André. Me ha echado a mí toda la mierda.
Llamo a David y le cuento lo sucedido, seguidamente este me dice que va llamar a Daniela y Berna.
—David rico que no hace falta que me traigas a todo el bufete. Yo también soy abogado, pero me hace más ilusión que me defiendas tú.
—Es un asunto muy delicado Naim, asique espéranos que salimos en tu ayuda.
Cuelgo el teléfono y me tomo asiento en un banco de madera mirando las cuatro pareces y los garrotes, paso mis manos por mi cabello repetidas veces, noto como mis músculos están tensos y mi cabeza parece una noria. ¿Por qué Pilar me ha hecho algo así, traicionándome de esta forma?
De madrugada, nos encontramos los cuatro debatiendo con el jefe de policía. Por supuesto no podía contarle exactamente lo que Pilar me había confesado, debía aferrarme a los acontecimientos y seguir insistiendo que yo vi como él quiso violarla y por eso le aticé.
Al final y tras desesperar el jefe de policía, me dejó en libertad a la espera del juicio.
Ya en la calle, los cuatro nos fuimos hacia un bar, eran cerca de las siete de la mañana. Nos tomemos un café y después nos pusimos en marcha para casa. Estaba hasta el gorro de estar en ese pueblo y haberme visto involucrado en algo que no he hecho. Pero lo que más coraje me da, es porqué Pilar me ha prometido que sacaría esa fuerza, ese coraje que tiene ahí guardo y dejando a un lado sus miedos, debía de luchar contra André. Y todo ha sido mentira, se ha puesto a su favor dejándome a mí por un sinvergüenza mentiroso.
ESTÁS LEYENDO
DÉJAME AMARTE
RandomHabían pasado cerca de dos años, y al parecer todos los acontecimientos seguían ahí recordándole todos los días de un pasado nada fácil. No había día en que Naim no se culpe por ver a su hermana en una silla de ruedas conformándose con lo que le ha...