En Secreto - [Ranma y tú]

[Cap. 30] Después de todo...

La vida fue un sueño hecho realidad para todos, llevando su camino tal y cómo querían, Ranma y ____________ vivían de las artes marciales como siempre lo soñaron.

—¡Tanto tiempo sin verlos, pasen, son bienvenidos! —exclamó ___________, abriendo paso para que entraran.

—Aún no puedo creer que se hayan casado hace cinco años, lástima que aún no tenga sobrinos —comentó Edward de forma divertida.

Las visitas entre ambos hermanos no eran nada frecuentes, pues Edward se había ido de la ciudad para ganar más dinero con su trabajo.

—¡Tío Edward! —se escuchó la voz de un pequeño niño, éste corrió para abrazar la pierna del mencionado.

—¡¿Tuvieron un hijo?! —exclamó Ryoga sorprendido, él también había llegado junto con ellos.

Todos sonreían viendo la escena, pues Edward había cargado a su sobrino y lo miraba con una radiante sonrisa.

—Mi nieto será un gran peleador de artes marciales, —habló Genma— lo llevaré a China para entrenar.

—¡No! —exclamaron todos, sabían lo que podía pasar, y no lo permitirían por nada del mundo.

Las pláticas fueron muy agradables, incluso ___________ les contó que a ella y a su ahora esposo les hacía ilusión tener un segundo hijo.

—Ranma, que activo —dijo Nabiki riéndose.

—Tienen una familia bastante linda, me alegro por ustedes —comentó Kasumi sonriendo.

—Aprovechando la situación, les quiero contar a todos de mi casamiento que será en poco tiempo, con Ryoga —dijo Akane sonrojada.

El mencionado desvió su mirada, está aún más rojo que su prometida.
Fue un día lleno de alegría, esos pequeños momentos lo valían todo.

. . .

Estaban en el Dojo de los Tendo, a los hijos de Akane y Ryoga les gustaban mucho las visitas de Ranma con su familia, pues heredaron de sus padres esa fascinación por pelear.

—¡No se vayan a lastimar! —exclamó Akane preocupada, viendo que su hijo peleaba con un niño mayor que él.

—Es parte de la diversión —dijo Ram sonriendo, él ya contaba con doce años de edad, mientras que su amigo tan sólo tenía nueve años.

Para sorpresa de muchos, el pequeño hijo de Akane ganó, eso hacia sentir muy orgulloso a su padre.

—Fui mejor que tú, y ahora mi hijo le gana al tuyo —dijo Ryoga molestando a Ranma, al igual que antes.

—¡Sigo siendo mejor que tú y te lo puedo demostrar justo ahora! —dijo Ranma, causando que ___________ se cubriera el rostro por la vergüenza.

Parecía que aún tenían dieciséis años.

—Abuela, —corrió Ryn, la hija menor, a Lyan— ¿Sabes quién vive en una piña debajo del mar?

—En mis tiempos nadie vivía en una piña, y mucho menos debajo del mar.

Esa niña llamada Ryn era la pequeña hija de Ranma y ___________, tenía nueve años al igual que el amigo de su hermano mayor.

—Hermana, parece que a mis sobrinos los llevaste a una tienda de timbres para seleccionar nombres —dijo Edward.

—¡Es cierto! —rió Nabiki— nunca ví ésto, Ram está idéntico a Ranma, sólo que sus facciones son algo delicadas, cómo las de ___________.

—Si, —dijo Kasumi— y Ryn se parece mucho a ___________, sólo que tiene un aire que me recuerda a su padre.

—¡Son nuestros hijos, obviamente se van a parecer a nosotros!

Mientras tanto, Ranma se burlaba en silencio del momento que ___________ estaba pasando, ella no sabía qué decir al ser el centro de atención.

—¡¿Y tú por qué te ríes?! —le dijo su esposa, le había descubierto.

—Me río porque me da risa —dijo Ranma.

Sí, era un idiota, pero lo amaba.

—¡Vengan, ya está lista la comida!

—Es lo que esperaba —dijeron Genma y Soun, siendo los primeros en ir.

Todos los siguieron, fueron a comer, pero ___________ y Ranma se quedaron en el dojo, ambos pensando pero tenían una sonrisa en sus rostros.

—¿Pasa algo? —preguntó Ranma, tomando la mano de ___________.

—Verlos de nuevo a todos juntos me hace recordar cómo empezó todo, al recibirte en el dojo, lo que vivimos, y ahora tenemos una familia.

—Entiendo, —él sonrió— pasamos por muchas cosas difíciles, conocimos a muchas personas y míranos.

—Si, después de todo...

Una vez más unieron sus labios en un beso, ese fuerte amor seguía presente aún después de tantos años, y así seguiría siendo el resto de su vida.

FIN