En Secreto - [Ranma y tú]

[Cap. 23] En la montaña

Narra: ______________.

Les di un fuerte abrazo a Edward y a mi madre, los iba a extrañar.
Estoy orgullosa de mi, di el primer paso, después de unos minutos de caminar encontré a Ryoga.

—¿Estás lista, __________? —preguntó él con una gran sonrisa.

—Claro, sólo espero que no te pierdas en el camino —dije riendo.

Empezamos a caminar en dirección a la montaña, por suerte el sol aún nos ilumina el camino, entraré en pánico cuando todo esté obscuro.

—¿Cómo es el lugar donde vamos a entrenar? —pregunté.

—Nada especial, pero hay fosas con agua caliente, —dijo Ryoga— todos entrenan en los árboles o en el agua, lo entenderás mejor al verlo.

No dije nada más, era cierto que no le entendía nada. Seguimos caminando por un par de horas, mis piernas ya no aguantaban ni un minuto más.

—Que raro, debimos haber llegado ya.

—¡Ayyy, ahora estamos perdidos por tú culpa! —exclamé, aterrada al ver que el sol se ocultaba.

—Fue una broma —rió Ryoga— te dije que no lo olvidé ésta vez, mira.

Pude ver las fosas de las que me habló antes, tal y como dijo, parece ser una zona donde se viene a entrenar.

. . .

Cada día hemos mejorado nuestras técnicas y aprendimos cosas nuevas, todo requiere mucha concentración y esfuerzo, ésto no me deja tiempo de pensar en nada más.

—¡Ryoga, mira, por fin lo logré!

—Eso veo, anda, vamos a pelear para ponerte a prueba —me dijo Ryoga.

Empezamos a atacarnos, debo admitir que me siento muy cómoda y segura cuando estoy con él, apliqué la nueva técnica que había aprendido y cayó.

—¿Estás bien? —pregunté riendo.

—Si, lo estoy —respondió Ryoga igual de alegre— mira, empezará a llover, será mejor que busquemos un lugar.

Había una apertura, como una cueva, pero sólo entraba uno, Ryoga me dejó entrar y bajo la lluvia se fue él.

—Al fin dejó de llover, —dije saliendo de ahí— me apetece entrar al agua caliente, tengo bastante frío.

Me quité la ropa y me puse una toalla en el cuerpo, busqué a Ryoga con la mirada pero suspiré, tal vez se perdió.
En ese momento un pequeño cerdito negro se acercó a mí, y lo levanté.

—¿Qué pasa, pequeño? —pregunté y lo acerqué a mi— debes tener frío, estás temblando mucho.

Cuando lo acerqué a mi, ví que cerró sus ojos, creo que tendré que entrar con él al agua caliente.
Para no despertarlo hice caer la toalla y con cuidado me agaché hasta entrar al agua lentamente.

—¡Tranquilo! —exclamé al ver que el cerdito quería evitar tocar el agua.

Estaba dispuesta a sacarlo, no iba a obligarlo; en ese momento él dió un salto de fé para escapar pero cayó al agua, rápido me lancé a dónde cayó.

—¿Eh? —dije al sentir que abrazaba algo más, no era el cerdito.

Me separé un poco sin soltar lo que tenía entre mis brazos, al mirar estaba abrazando el torso de Ryoga, ambos estábamos sin ropa.

—¡¡AAAHH!!

Habíamos tardado en asimilarlo, nos separamos para cubrirnos pero ya era tarde pues nos habíamos visto.

—L-Lo siento, debí decirte antes que caí en Jusenkyo —dijo Ryoga, está por completo sonrojado.

—No hay problema —dije sonriendo, de verdad no me molestó.

Le conté que yo también caí ahí y que me transformo en un hombre, logré romper el hielo desde que estuvimos en esa incómoda situación.

. . .

Sólo nos quedaban un par de días aquí, estaba muy emocionada de volver para ver a Edward y mi madre.

—¿Entonces lograste meditar las cosas sobre cómo te sentías? —me preguntó Ryoga, apoyando su cabeza en mis piernas— sobre Ranma y todo eso.

—Sí, dejé de ver mi vida aburrida y repetitiva, lo más importante son los momentos que compartimos con las personas que queremos —respondí mientras acariciaba su cabello.

—Si te sientes lista, podemos volver hoy mismo —dijo Ryoga.

Sólo asentí con la cabeza, ¡estoy lista ahora que me siento más fuerte y tengo una perspectiva diferente!

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Publicación del capítulo

Original: 15 de Marzo del 2018

Editado: 05 de Septiembre del 2020