Jonas (Occulta Mea)

5. Monachopsis.

“Hay una tormenta afuera, las gotas de lluvia se deslizan por mi ventana.

Quisiera sentir las lágrimas del cielo caer en mis temblorosas manos medio manchadas de pintura.

He dibujado muchas veces lugares como un paisaje donde solamente hay hielo y un cielo gris; ahí podría sentirme libre, y si me concentro creo que hasta puedo sentir el frío del hielo congelando en mis pies desnudos.

Varias veces he visto mi reflejo en la ventana y a partir de ahí me he dibujado. Una vez me dibujé volando, como Peter Pan.

Recuerdo que cuando era niño me hice un regalo, y fue un dibujo de cómo pensaba que era en aquel entonces; estaba volando, adelante de mi estaba Peter Pan. Fue divertido estar en Nunca Jamás.

Me sentí libre y llegué a concentrarme, pude sentir el viento revolviendo mi cabello, creo que hasta tenía que cerrar los ojos.

"Grita —me pidió, sonriendo—. Aquí eres libre, al lugar hacia donde nos dirigimos jamás crecerás... Si eliges quedarte aquí."

Supongo que desde ahí aprendí a que podía imaginar que volaba a nuevos mundos. Fue un buen regalo, hasta que abrí los ojos y miré la habitación, con sus cuatro paredes y la ventana en la pared derecha; donde podía ver al sol desaparecer en el atardecer para que en un acontecer llegara el anochecer.

Escribí varias historias, muchas se las mostraba a Corey. Me decía que eran muy buenas.

Dibujé muchos rostros y paisajes y se los mostraba a Corey. Me decía que eran muy hermosos.

Muchas veces me imaginaba viajando en moto, Corey la conducía. Estábamos en una carretera y bonitos paisajes con colores verdes y un cielo azul casi grisáceo era todo lo que conocía.

Sabía muy bien que no podía volar, pero podía viajar a cualquier parte y Corey era mi guía. Aún lo es.

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Un día estaba mirando hacia la ventana desde mi cama desde el otro lado pensando en qué podría dibujar o a qué libro nuevo podría viajar.

Supongo que obtuve una respuesta en cuanto vi a un chico de cabello color negro con su larga espalda apoyada en la pared y cubriendo la vista que la ventana me ofrecía.

Estaba bastante oscuro como para que se diera cuenta de que había un chico de dieciséis años que llevaba gran parte de su vida en esa habitación.

Pude pedirle ayuda, gritar para que buscara ayuda, pero no lo hice. Estaba asustado como asombrado y solo observé que había humo alrededor de su rostro.

Media hora después se había ido y me estaba  quedando dormido.

Desde que desperté, pasé gran parte del día pensando en él, y dibujé su silueta mostrando únicamente su espalda y su misterio llamándome.

Pasó un día, lo que parecieron solo unas horas, y de nueva cuenta me quedé bastante quieto aún sabiendo que probablemente no se daría cuenta de que estaba ahí debido a la oscuridad.

Apoyó su espalda en la ventana y solo pude ver una pequeña parte del lado izquierdo y derecho del paisaje, aunque solo había humo. Me tomó un tiempo darme cuenta que era porque estaba fumando.

Pude notar que había algo en él, pero no sabía que era. ”

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"Me siento solo, no la misma soledad que un viernes de noche, más bien como aquellas historias en donde el personaje principal quisiera conversar con alguien; que alguien se siente a su lado y le pregunte sobre cómo se encuentra.