Café Americano.

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Mientras pedías un cappuccino para sanar tus heridas,

A quien llamabas el amor de tu vida tomaba vino blanco con alguien más,

Una vez te había jurado que no le gustaba esa bebida,

Y habías prometido que solo tomarías vino tinto.

Esperándolo en la estación del tren,

Con dos cafés de Starbucks, sin nombres,

Tratando de reconocer esa bufanda color negro y ese cabello castaño,

Sin preocuparte por los cafés cuando lo veas.

Podrías jurar que era como la escena de una película,

Dejó de ser cliché y hermoso cuando viste a otra persona esperándolo,

Dos cafés para la ocasión cuando hay tres personas,

Uno deberá ser compartido, y no fuiste incluído.

De forma pacífica, te marchaste siendo observado,

Manos vacías y ojos llenos de lágrimas,

Un cigarrillo y una menta para ese momento,

Un café americano para la hora de la sinceridad.

Por ti las hojas caen lentamente, debes deleitarte,

Por tu belleza, el lago sabe que tú reflejo en él no te hace justicia,

No diré que la soledad te hace compañía,

Es algo que siempre ha estado y ahora más.

De canciones compartidas a melodías tristes,

Necesitabas que te susurraran con una voz cargada de dolor lo tonto que fuiste,

Todo es gris, son colores verdaderos,

No había cariño, sólo sentimientos disfrazados como una oveja vestido de lobo,

No hay vino tinto, solo blanco.

No esperas que vuelva, no es un cliché,

Tú café sigue sin tener nombre, eres nadie,

Para la ocasión, podrías beber whisky,

Solo pides una bebida que sane y que haga olvidar.

El pasado duele, le específicas a Dios,

Están cicatrizando, ha habido sangre,

Podrías seguir describiendo lo que sientes,

Podrías pedir un café americano para la hora de la sinceridad.

Gracias por leer, saludos

Jonas (Occulta Mea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora