20. Desenlace

13 3 5
                                    

El pequeño niño ya no tenía un hermano mayor... Ya no había alguien que pudiera cuidado, ya no había alguien con quien pudiera ir a refugiarse en los días de fuertes tormentas.

Ya no más.

Lo sabía muy bien, en especial cuando veía a su madre llorar y comenzar a beber alcohol. Aquel tipo seguía viniendo a la casa, pero esta vez traía más alcohol de lo normal.


El pequeño niño ya no tenía compañía alguna durante los descansos en los días de escuela, ya no tenía a alguien con quien pudiera conversar después de la escuela camino a su casa.

Ahora estaba solo, y eso lo sabía más en cuanto llegaba a la puerta de entrada, teniendo miedo de abrir...

Antes sabía que no tenía nada que temer, puesto que había alguien que lo cuidara, pero ahora no. Debía entrar solo.

Solo.

Así es cómo empezó a estar todos los días. Ahora debía cuidarse solo, también cargaba con un gran peso. Aún lo hace.

—Es solo que... —hay duda en su voz.

—¿Qué sucede Miles? ¿Te sientes bien?

Ante estas palabras, el chico misterioso siente un destello en su interior.

Hace demasiado tiempo que nadie le preguntaba aquello, y ahora que escucha esa pregunta no puede evitar sentirse triste y melancólico, el dolor no se queda atrás.

Hay un destello en la mirada y rostro de Miles que a Jonas le preocupa. Esto aumenta cuando en sus ojos hay lágrimas que pronto caerán.

—Por favor, dime qué sucede. Si puedo ayudar yo...

—Sí que puedes ayudar —no hay frialdad en la voz del chico misterioso.

—¿Qué debo hacer?

—Marcharte.

Al principio Jonas no comprende la palabra, y es hasta que ambos chicos se miran a los ojos que el significado cobra sentido... Un doloroso sentido.

—¿Por qué? —esa cuestión se refiere a varias cosas, pero el chico silencioso solo quiere saber porqué Miles le ha dicho eso.

—No puedo —hay dolor retenido en cada palabra de Miles, está luchando por ser frío y decir lo que deba decir—. No puedo volver a querer a alguien.

A través de la luz que entra por la ventana, Jonas puede ver una lágrima escapando de su rostro. Con su dedo meñique de la mano derecha, le limpia la lágrima y Miles agacha la cabeza al sentir el tacto de Jonas.

—Me estoy enamorando de ti Miles, me haces sentir tranquilidad, me haces sentir calma y paz... Dime, ¿cómo puedo marcharme cuando estos sentimientos son tan intensos y sinceros?

—Solo sigue adelante Jonas. Sé feliz, vive tu vida, no esperes nada de nadie y tampoco busques nada de nadie... No tengas altas expectativas, porque si te ilusionas y tu esperanzas son aplastadas, tendrás gran dolor.

—Dices que sea feliz, haces que sea feliz... ¿Cómo puedo seguir adelante si no estás tú?

Miles mira a otra parte, de nuevo tiene el rostro agachado y Jonas levanta su rostro con delicadeza.

Jonas (Occulta Mea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora