19. Kairosclerosis

1 2 0
                                    

Cada que me siento triste, una taza de café me acompaña. Cada que siento que no tengo inspiración para escribir o para dibujar un poema, tomo té verde.

Si no dibujo, si no escribo, si no siento inspiración, entonces no soy nada.

Es lo único que me ha ayudado a no entristecer y caer más en este vacío que siento. Chico profundo se ha ido de mi vida y no se porqué.

Se marchó sin decir adiós hace una semana y no sé porqué.

Y ahora que me he dado cuenta de mis sentimientos hacia él, se ha marchado y no sé si volverá.

No lo entiendo, esa es la peor parte, tanto como saber que existe la posibilidad de que no le importé.

La noche ha caído y estoy acostado, con mis manos debajo de mi nuca mientras uno de mis pies está sobre otro. No sé ni siquiera en qué pensar.

¿Dónde estás?

¿Estás bien?

¿Por qué te fuiste sin decir adiós?

He estado mirando a través de la ventana y no quiero estar afuera. Porque si él no está afuera esperando para que pueda salir y conversar, ya no tiene sentido.

Hace días que se ha marchado, ahora he comenzado a entrañarlo más y me he dado cuenta de lo que sentía por él. Me di cuenta demasiado tarde, todo esto que siento es llevado por el viento a cualquier lugar.

Así como él se fue a cualquier lugar.

Cubre con una toalla a un tembloroso y perdido Miles; está sentado en la cama de su habitación fría mientras Jonas lo seca con la toalla después de haberlo ayudado a bañar.

Jonas continúa bastante confundido por lo que le ha ocurrido a su amigo, le duele verlo lastimado y haberlo visto llorar dos veces mientras estaba en la regadera con él.

—Te prepararé té —le dice Jonas, pero se percata de que Miles niega con la cabeza.

Jonas aún no conoce del todo la casa. Entraron por la ventana de la habitación de Miles pero a pesar de aquello supone que la casa parece triste y muy abandonada.

—No vayas a la cocina —le susurra Miles a modo de respuesta. Parece tener un poco de temor.

—¿Por qué no?

—Solo... No lo hagas, ¿de acuerdo?

Ambos chicos quedan sentados uno al lado del otro mientras miran a través de la ventana.

—Me quedaré contigo, puedo faltar hoy y...

—No, ve a la universidad y ten un día normal.

—Nunca he tenido un día normal.

—Ahora deberías tener uno.

—Quiero quedarme.

—¿Por qué?

—Porque eso es lo que hacen los amigos, se ayudan... No te dejaré solo.

Jonas (Occulta Mea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora