6. Sonder.

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Caminaba de forma lenta con el gorro de su sudadera color negro cubriendo su cabello, de este modo había una sombra cubriendo parte de su rostro, parte del moretón debajo de su ojo.

Esperaba que Stewart no se diera cuenta de ello cuando fuera a entregar los dibujos.

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"—¿Estás bien? —le preguntó Stewart con preocupación en su voz y mirada, sabía muy bien que algo no estaba bien con Miles. Su mano derecha tiemblaba cuando dejó los cinco dibujos en el mostrador.

—Lo-lo estoy... Hice cinco dibujos, nos vemos después —el chico misterioso se dió la vuelta, pero tan solo unos pasos después Stewart estaba detrás suyo, colocando sus manos en los hombros de Miles.

Bastó con un movimiento para hacer que él se diera la vuelta y para que quedaran frente a frente, para que Stewart viera el moretón debajo del ojo del chico misterioso.

Miles simplemente le dió una mirada que tal vez reflejaba nada, tal vez reflejaba miedo, pero Stewart no pudo saberlo más, ya que Miles se había dado la vuelta y caminó hasta salir del lugar.

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A Miles no le molestaba el hecho de que tuviera un moretón debajo de su ojo, lo que realmente le causaba dolor era el golpe en su estómago, los golpes.

Sus pasos y el ritmo de su respiración se han acoplado al dolor, de modo que este no sea demasiado.

Pero a lo que sus pasos, respiraciones y su mirada no se han acoplado es ver que hay una chica caminando en sentido contrario, de modo que ambos terminan chocando.

Ella, con su cabello castaño, sus mejillas sonrojadas y sus ojos café como del roble de un pino en un bosque durante invierno lo observan.

—Te conozco de algún lado —adirma la chica con esa seguridad y confianza genuina.

—No lo creo —Miles miente. Sabe que ella es amiga de un viejo conocido. Del chico de cabello pelirrojo.


Se mueve a la derecha, para seguir su camino hacia el aula donde tiene la primera clase, pero ella dice algo que provoca que Miles de detenga.

—Ustedes dos eran amigos, ¿verdad? ¿Por qué razón dejaron de serlo?

—¿Por qué razón me hablas como si me conocieras. No te conozco, y tampoco sé sobre quién te refieres.

—Él diría lo contrario... —es lo último que le presta atención para después alejarse de ella. Su presencia ha sido más que incómoda.

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Aún continua pensando en lo ocurrido, esa chica sabe quién es Miles y le podría decir a aquel viejo conocido. Eso no sería bueno en lo absoluto.

Recuerda que de niño había dibujado en una ocasión una persona agarrando una estrella del cielo, pero de entre las tantas que Miles había dibujado, el chico había elegido la más brillante y la más alejada.

Tal vez parezca que el pensamiento no tenga nada que ver con lo que le ha ocurrido a Miles ni con lo que siente, pero en realidad si.

Jonas (Occulta Mea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora