10. Exulansis.

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"Se sentó a tomar un ligero descanso en una de las banquetas del parque color verde.

Se dedicó a revisar todas las fotografías, tanto instantáneas como en su otra cámara. La mayoría eran del cielo en distintos momentos, otras sobre los árboles y el komorebi a través de éstos.

Aún quería seguir tomando fotografías, pero debía irse a su departamento antes de que pronto fuera demasiado noche.

Para pasar sus últimos momentos en el parque, decidió conectar sus  auriculares a su teléfono y empezar a escuchar música, principalmente música alternativa.

De un momento a otro, miró a cualquier parte con desinterés en la mirada.

Al cabo de un rato, se dió cuenta de que había alguien más en la banqueta situada enfrente, diez metros de distancia.

Estaba sentado de forma que sus brazos estaban apoyados casi cerca de sus rodillas. Su cabello desordenado le sentaba bastante bien, algunas partes cayendo por su frente.
Su rostro, blanquecino, siendo reslatado por la frialdad del lugar; sus ojos, tan cafés y profundos, sus labios, claros y rosados como la aurora del amanecer antes de que salga el sol.

Hermoso, también exteriormente.

Miraba al vacío, tan ajeno y genuino. Tan frío y tan misterioso. Pero pudo ver que también había tristeza en él.

Sucedió rápido, como un diente de león siento soplado en primavera, le tomó una fotografía, y lo supo. Esa fue una de las mejores fotografías que había tomado.

Siguió sentada viendo ahora como el chico misterioso sacaba una bolsa con dos panqueques. Había un destello en sus ojos y una expresión de placer mientras comía el primer panqué. También tenía otra bolsa, pero esta era con comida para palomas, las cuales se detenían a tomar la comida que aquel chico les aventaba.

Pasaron algunos minutos donde ella sentía inefabilidad en él. Sentía claridad y paz al verlo.

El chico misterioso se levantó y comenzó a alejarse. Fue como contemplar una estrella fugaz, tan mágico pero tan rápido.

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Hizo bastantes copias de la fotografía para venderlas en aquel local de dibujos y fotografías que hace algunos años había encontradu pero que ahora es atendido por un chico de no más de veinte años bastante amable.

Conservó la fotografía original pero las demás copias se vendieron en su totalidad.
A la fotografía le puso el nombre de "El chico y la estrella fugaz. "

Algunas veces fue a aquel parque con la ligera expectativa ilusa de que aquel chico misterioso estuviera ahí.

Tal vez le tomaría una nueva fotografía y hasta le mostraría al chico misterioso cuán famosa se volvió su fotografía.

Lunes.

Días fríos y días de hojas de otoño cayendo. El atardecer, tan hermoso y en tonalidades anaranjadas.

Martes.

Días nublados, ella es la única persona en el lugar.

Miércoles.

Fotografías que muestran soledad, el cielo de ese día es idéntico al de aquel recuerdo.

Jueves.

Se siente como una gota de lluvia, vivir rápido, morir rápido. Son días con olor a melancolía.

Viernes.

Jonas (Occulta Mea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora