Dieciocho.

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Keep the secret.

Yayo.

Estaba estupefacto, me costaba trabajo hasta emitir algún sonido y articular más de lo que mi mente elaboraba sin parar, mientras que ella estaba ahí parada, tan vulnerable, con lágrimas declinando de sus mejillas sin cesar y tanto que decirme, incluso de lo que me iba a morir, daba igual, lo tenía bien merecido, además, algún día ella tenía que saberlo. Probablemente en este momento ella no quiera escuchar mis explicaciones para poder contarle la verdad, sin embargo, no voy a desistir hasta lograrlo. No voy a dejar que por esto, termine algo que me costó trabajo construir.

—Mentiste...— repitió una vez más con voz quebrada, haciéndome sentir aún más una mierda de persona. La tenía frente a mí, con una tristeza inefable, lágrimas en sus ojos y unas inmensas ganas de darme en la madre, lo único que quería era que me tragara la tierra y me escupiera al día siguiente donde las cosas estuviesen más tranquilas pero por supuesto que era un reverendo pendejo por añorar algo imposible hasta entonces—... y yo te creí— agregó—. ¡Te creí!— Espetó, golpeó mi pecho con poca fuerza, cayendo de rodillas a la alfombra, les juro que me cuesta trabajo explicar mi sentir ante esta situación, porque incluso, sé que si me atrevo al menos a modular un "lo siento" o "perdóname", mi voz se quebrará, todo se irá a la mierda y esto no llegará a nada.

Pensé en abrazarla pero eso aún empeoraría todo, además de que ella seguramente me empujaría lejos, no estaba en condiciones de quejarme o ponerme mis moños, cuando yo ya sabía que en algún punto de mi vida, esto llegaría a suceder.

—Keisha... yo...— la voz me tembló, le miré fijamente, Dios, estaba destrozada, tanto que la piel se me erizaba de sólo pensar que con cada cosa que saliera de mi boca, ella dejara de creer en mí como lo está haciendo ya y eso era lo que más me putas dolía, porque yo realmente le quiero con todo mi ser—, lo lamento tanto— tragué saliva y carraspeé, si quería que esto al menos llegase a algo, que fuese siendo fuerte—. Si tan sólo me dejaras explicarte.

—¡¿Explicarme qué?! ¿Lo estúpida que fui al creerle a alguien como tú?— Sollozó—. ¿Tienes idea de lo imbécil que me siento por tu culpa? Estoy con el corazón hecho pedazos, ¿sabes lo que eso significa? No... no creo que lo sepas y ni te atrevas. Sólo quiero que te largues de mi vida.

—Yo sé como te sientes, Keisha— suspiré—, sé lo que es que te rompan el corazón, sobretodo con mentiras. Te juro que te entiendo. Escucha... si en algo no te he mentido jamás, es en lo mucho que te quiero, que durante este tiempo que hemos compartido juntos, realmente te tomé mucho cariño, quizá sea muy apresurado decirlo pero estoy completamente seguro de que tú eres lo que tanto hacía falta en mi vida; y sobre las mentiras de mi persona, tiene su explicación, no surgió de la nada.

—Basta ya, deja de mentirme, me lastimas más.

—No te estoy mintiendo— la tomé de ambos brazos, ella estaba cabizbaja llorando—, de verdad te quiero, me gustas tanto, y sí, reconozco que a veces no te lo demuestro, sin embargo, te tengo un inmenso amor, pienso en ti todos los días, me haces tan feliz. Entiendo que por ahora no quieras creerme, estás en todo tu derecho, yo soy culpable y me lo merezco. Sabía que algún día esto pasaría.

—Y si lo sabías, ¿por qué me enamoraste?

—Porque realmente me gustas, Dios, ¿cómo explicarte lo que me haces sentir? ¿Cómo te explico lo afortunado que me siento de tenerte conmigo? Me cuesta trabajo, Keisha. Y estoy siendo sincero, de verdad, te quiero como no tienes una idea.

—¿Por qué? ¿Cómo sucedió esto?

—Por favor, déjame explicarte y si después de ello, no quieres creerme, está bien, lo entenderé y así, serás libre de mí, con el propósito de olvidarme hasta encontrar a alguien que se dedique a hacerte llorar pero de felicidad y no por algo como esto.

Broken || José Salazar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora