0

4.8K 378 63
                                    

—¿No crees que soy un monstruo? —preguntó niño, jugando con las hierbas crecientes del suelo.

El otro niño de cabello cobrizo efusivamente, abrazando sus piernas aún más fuerte. Sus ojos cristalinos como el agua del Mar Caribe revolotearon por el rostro de Harry antes de hablar con su tierna voz.

—Creo que eres especial.

—Eres el primer amigo que tengo y ni siquiera sé tu nombre—suspiró con desgano.

Los finos labios del menor se abrieron, tragando aire, pero antes de que tan siquiera pudiera responder algo, los alaridos de una mujer se escucharon a lo lejos.

—¡Jem! —llamó la mujer—, ¡Jem, regresa ahora!

—Mi mamá me necesita, te veré mañana aquí mismo ¿sí?

Y sin darle oportunidad de responder, el pequeño niño de doce años retiró de su frente los mechones lacios de largo cabello caramelo, descruzó sus piernas y se levantó de la musgosa tierra que recubría las raíces de los árboles. Sus delgadas y pálidas piernas se adentraron al espeso bosque, perdiéndose entre los gruesos troncos de los pinos, siguiendo ciegamente la voz de su madre.

—¡Mi nombre es Harry! —gritó el moreno, ahuecando sus manos alrededor de su boca para hacerse oír.

—¡Un gusto Harry! —exclamó de vuelta el más pálido, sin dejar de correr o tan siquiera girarse a verlo por una última vez.

La última vez que lo vería.

-Rae

savage; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora