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Niall despertó a la mañana siguiente con el dolor de cabeza desvanecido, pero una pesadez incómoda apareció en cambio.

La habitación se encontraba anaranjada, debido a los rayos del sol que se alzaba al otro lado de la ventana. Con un poco de dolor en su espalda se incorporó en la cama, la cual, rápidamente se dio cuenta de que no era suya. Era demasiado amplia para ser la suya.

La distinguió al instante a pesar de la escasa iluminación anaranjada, sobre todo porque el olor del alfa estaba impregnado desde las paredes hasta las mismas sábana, bañando a Niall con la penetrante esencia de Harry.Tenía la dulzura del melocotón y la intensidad del olor de la madera. Era un aroma reconfortante que Niall sólo quería hundirse en él.

Tomó el cuello de su camiseta y sumergió su cabeza dentro de ella, inhalando todo lo que su nariz pudiera permitirle de aquella conocida esencia con olor a aserrín y durazno. Se dejó envolver por la calidez que el aroma le transmitía, haciéndole pensar poco después como es que la camisa que llevaba puesta pudiera oler tanto a Harry, pues si no mal recordaba, le pertenecía a Anwar.

Sacó su cabeza del cuello de la playera y la examinó. Ya no era la misma camiseta negra y deslavada que Anwar le había ofrecido esa mañana; ahora era una vieja playera con un colorido estampado, que recordaba haber visto utilizar a Harry demasiadas veces como para contarlas.

Un leve ronquido sacó a Niall de sus pensamientos, para hacerlo percatarse de que no estaba sólo en la habitación. Su cuerpo se tenso al ver a Harry tendido incómodamente sobre la pequeña silla que usualmente solía estar colocada al fondo de la habitación. Supo entonces que se encontraba en la habitación de Harry.

Aún con la mente nublada, Niall intentó recordar que había pasado y como es que había llegado a la cama de Harry envuelto en su ropa.

Levantó la sábana de inmediato, dándose cuenta de que no sólo había cambiado su camiseta, sino también sus pantalones. La sangre subió a sus mejillas en cuanto se percató de que incluso su ropa interior era diferente.

—Mierda —masculló, avergonzado.

Un jadeo, seguido del movimiento de su ropa removiéndose sobre la silla alertaron a Niall. Observó a Harry reacomodarse aun dormido desde su posición, antes de regresar a su tranquilo sueño.

Sigilosamente, Niall se deshizo de las sábanas sobre él, intentando escapar de la cama lo más silenciosamente posible. Puso sus pies sobre el suelo de madera, y su cara se arrugó en una mueca al escuchar el crujir de los tablones debajo de su peso.

—¿A dónde crees que vas? —la rasposa y lenta voz de Harry preguntó a sus espaldas.

Lentamente Niall echó un vistazo sobre su hombro, viendo por el rabillo de su ojo, la esbelta figura de Harry iluminada por el amanecer ponerse de pie.

—Yo sólo... —tartamudeó Niall, maldiciendo su falta de control vocal.

—Aún necesitas descanso.

En un abrir y cerrar de ojos Harry llegó frente a él. Lo tomó por los hombros y un movimiento rápido y firme lo recostó de nuevo en la cama.

—Creo que puedo descansar en mi propia cama.

—Necesito vigilarte, para que nada vuelva a ocurrir —se excusó Harry, sentándose al lado de Niall en el colchón—. Claramente Anwar no está haciendo un muy buen trabajo.

—En serio Harry, estoy bien. No necesito que me cuides, ya no soy un niño pequeño.

—El doctor Green dijo que necesitaba vigilancia y tal vez salir de cacería, así que mañana temprano saldremos tú y yo.

savage; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora