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Sientes como si te arrancaran el corazón del cuerpo. Como si un peso oprimiera tu pecho hasta sacar el aire de tus pulmones, tus huesos de su lugar y tu corazón fuera aplastado por esa fuerza opresora.

La desesperación te abruma, no te deja respirar, mientras los lagos de lagrimas estancadas en tus ojos te imposibilitan ver por dónde pisas.

¿Así se siente la desesperación? Pensó Niall en cuánto vio el reflejo de su madre a través de sus ojos lagrimosos. Luchó por respirar con profundas y desesperadas bocanadas de aire, cuando entonces cayó de rodillas, y abrazó a su madre por su estrecha cintura.

—Lo siento —masculló Niall con impotencia.

Si tan solo no se hubiera ido. Si tan solo se hubiera quedado con su madre. Ella estaría viva.

Frustrado tiró de sus cabellos en cuanto el espejismo de la mujer se consumió entre neblina, dejándolo solo.

No recordaba nada antes de haberse ido. Solo borrosos parches de sus vacaciones en la casa de verano, el secreto de su padre, y como aquel día, varios años después, lo sacaron de la escuela para enviarlo a un lugar seguro en Inglaterra.

Si tan solo se hubiera quedado a terminar su lección de inglés, su madre no estaría muerta.

Niall no supo que su pesadilla se había trastornado en realidad sino hasta que sintió unos cálidos, duros y firmes brazos rodearlo; uno por la cintura, y otro por los hombros.

Comenzó a regular su respiración en cuento sintió un beso húmedo y caliente rozar la parte de atrás de su oreja.

No había nada igual que estar entre los brazos de la persona que te hacía sentir completa. Harry era ese alguien que podía hacer que sus piernas temblaran con tan solo una mirada en su dirección, y en un instante, hundirlo en desesperante agonía con tan solo un par de palabras duras y un gesto frívolo.

Harry era esa combinación de emociones que Niall definitivamente no esperaba experimentar al mismo tiempo. Pero era flamante, era nuevo y era apasionante.

Niall siempre había sido feliz con su vida monótona, que pronto se convirtió en una montaña rusa de sentimientos que no sabía cómo manejar. Era abrumador, y Niall vivía con el constante deseo de apaciguar aquellos sentimientos consumidores que lo colmaban e inseguridades que comenzó a experimentar desde el momento en que conoció a Harry. Pero si estaba seguro de algo. Una vez que se conoce a Harry Styles, es imposible volver a ser como antes, porque la vida de Niall se dividía en dos partes.

Antes, y después de Harry.

—¿Tuviste una pesadilla? —le preguntó el alfa, acariciando su cabello.

Niall asintió, dejando caer su cabeza hacia atrás, sobre el hombro de Harry. Parpadeó un par de veces, tragándose las lagrimas que amenazaban por desbordarse de sus ardientes y enrojecidos ojos.

—¿Puedo preguntar qué fue?

—Soñé con mi mamá —respondió en un susurro.

Harry besó su sien, atrayendo al beta con un tacto amable hasta su regazo, sin apartar la cabeza de Niall de su hombro.

—¿Qué soñaste?

—Ella estaba conmigo, y al siguiente segundo, ya no...

Se calló en cuanto su voz comenzó a quebrarse, acurrucando su rostro aún más profundo en el cuello de Harry, embriagándose de su aroma.

No quería llorar, pero algo en el seguro agarre de los brazos del alfa lo hacían sentir protegido. Tal vez solo se trataba de los instintos primitivos en la naturaleza de un alfa y un beta. Proteger y ser protegido. Pero Niall se sentía seguro con él.

savage; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora