19

2K 302 145
                                    

Niall ya se había resignado a convertirse en un lobo solitario, y para acostumbrarse a su nueva vida de vagabundeo se había pasado el resto de la tarde caminando sin rumbo alguno por las calles del pueblo, hasta que llegó un pequeño camino de terracería al borde de una colina.

Cansado se sentó en el guardarriel, sacando del bolsillo de su pantalón un cilindro de papel algo aplastado y mal enrollado que había conseguido al lado de un pub cercano y lo atrapó entre sus dientes, sacando un viejo encendedor de metal que había robado de su hermano siete años atrás. Lo encendió con cuidado, acunando la punta para asegurarse de que el viento no apagara la flama.

Apagó el encendedor y le dio una calada al cigarrillo, sintiendo la tensión de sus hombros rápidamente abandonarlo. Movió su cuello de un lado a otro, aflojando sus huesos y aspirando nuevamente el aire fresco del atardecer.

Niall giró su cabeza a un lado al sentir una imponente presencia sentada a su costado en el guardarriel. Observó el bronceado rostro de Harry coloreado del rojo atardecer, mientras que sus ojos reflejaban el cálido brillo del sol.

Harry mantuvo la vista al frente todo el tiempo, con la comisura de sus labios ligeramente levantadas y sus ojos entornados.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Niall, mirando al frente nuevamente mientras que le daba otra calada a su cigarro.

—Vine a buscarte. Pensé que te serviría estar un rato a solas, pero ya está oscureciendo así que aquí estoy.

—Ya que más da —Niall masculló.

Harry observó a Niall por primera vez desde que llegó, mirando detalladamente desde su nariz enrojecida, hasta el humo blanco escapándose de sus labios.

—¿Quieres un poco? —ofreció el rubio, tendiéndole a Harry lo poco que quedaba de su cigarrillo, quien le dedicó una mirada interrogante— prometo que no está envenenado.

Después de unos cuantos segundos, Harry accedió, llevando el cigarrillo hasta sus labios y aspirando profundamente.

Poco tiempo después Harry comenzó a toser.

—¿Qué rayos es esto?, sabe fatal —dijo el castaño con una mueca de desagrado en el rostro.

—Solo fuma, es relajante.

—¿Acaso es marihuana? —preguntó de nuevo, escudriñando cuidadosamente el cigarro.

—Venga, dámelo

Niall se inclinó hacia Harry, sacando de sus manos el cigarrillo y dándole otra calada.

—Siento traerte problemas con tu padre, no es mi intención. Creo que simplemente no funciono.

—No es tu culpa —dijo Harry—, todos tenemos fallas.

—No creo que tú tengas alguna, además de ese feo carácter.

Harry rodó los ojos, con su sonrisa juguetona permaneciendo en su rostro.

—Soy un cobarde, por ejemplo.

—No lo creo, pareces bastante salvaje si me lo preguntas —Niall intentó responder con humor.

—Pero tengo miedo.

Ambos se quedaron en silencio. Harry observando el rosáceo anochecer a la distancia, mientras que por su parte, Niall miraba con detalle el rostro de Harry, iluminado por la brillante luz del sol escondiéndose.

—¿De qué? —se atrevió a preguntar Niall.

Harry chasqueó la lengua, pensándose su respuesta con cuidado.

savage; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora