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─Cuando dije que tenía hambre no me refería a esto ─dijo Niall, reteniendo un jadeo.

Harry levantó la cabeza del cuello del beta, mirándolo desde abajo.

─¿Estás quejándote?

Niall sacudió la cabeza, tomando a Harry por la nuca y suavemente regresándolo a su anterior trabajo en su clavícula. Harry continuó besándolo.

─Niall ─balbuceó Harry contra la piel de su pareja, quien apenas fue capaz de soltar un gruñido molesto, abrumado por su habilidosa boca─ ¿Has pensado en la mordida?

─¿Eh?

Harry se separó, y Niall se quejó, abriendo los ojos con claro desagrado reflejado en su expresión.

─Ya sabes, la mordida.

Niall llevó su mano hasta su cuello, rozando el pequeño relieve de la cicatriz cerca de su hombro con la yema de sus dedos.

─A veces siento que me quema, pero por el resto del tiempo, ni siquiera recuerdo que está ahí...

─No esa mordida ─Harry interrumpió, acariciando el hueso de las caderas de su amante con sus pulgares. Niall lo miró confundido.

─¿Qué mordida entonces?

─La mordida de enlace.

─Oh, creo recordar algo sobre eso ─la expresión de Niall se tornó pensativa─ ¿Qué hay con eso? ─Niall acercó sus labios de vuelta al rostro de Harry, recorriéndolos por la mandíbula de Harry para abrirse camino hasta su boca.

─¿No has pensado alguna vez en dejarte marcar por alguien? ─cuestionó el rizado, reteniendo un gemido que quería escaparse de su garganta, fomentado por los cálidos besos de Niall.

─No, ¿tú sí?

─Yo no puedo dejarme marcar tonto.

─Mhmm ─Niall jadeó, su mente concentrada en nada más que besar los labios de Harry.

El alfa lo empujó por los hombros sutilmente, pero Niall no se detuvo. Abandonó los labios del castaño para continuar su camino por el cuello hasta sus clavículas.

─Pero podría darte una marca a ti ─masculló, solo para que Niall lo escuchara.

Los cabellos rubios en la nuca del beta se erizaron al instante, su cuerpo se tensó y se alejó con tortuosa lentitud de la calidez que había encontrado en el pecho de Harry.

─Como... ¿emparejarnos de por vida? ─preguntó con nerviosismo, sintiendo sus ojos ponerse lustrosos y su manzana de adán moverse nerviosamente de arriba abajo por su laringe.

Harry asintió, mordiendo su labio inferior con el mismo sentimiento de ansiedad.

─Quiero marcarte. Quiero pertenecerte y que me pertenezcas.

─Harry, yo... ─tartamudeó Niall, comenzando a negar lentamente con la cabeza─ no creo ser el correcto para ti.

El corazón de Harry cayó en la angustia ante esas palabras fulminantes. Apretó su agarre en la cadera del rubio.

─¿De qué hablas?

─Soy solo un beta Harry, biológicamente no estoy hecho para saciar tus necesidades. Quedarse con un beta de por vida sería solo... conformarse.

─Niall, eso no es cierto... ─comenzó Harry, pero rápidamente se vio interrumpido de nuevo por Niall, quien no hacía más que mirar hacia abajó. Sus cuerpos estaban desnudos debajo de todas esas mantas.