Aquella sesión con el psicólogo había dejado sensible al pequeño Sanha.
Rocky se había acercado ni bien este salió del consultorio, pero Sanha lo ignoró totalmente y se sentó en una silla, ya que no podía ingresar a su cuarto.
El mayor supo que debía dejarlo solo y no saturarlo con preguntas. La primer sesión nunca era agradable.
Pero el altavoz resonó por el lugar, llamando la atención de ambos adolescentes.
— Todos los pacientes dirigirse al cuarto de interacciones, repito, todos los pacientes dirigirse al cuarto de interacciones.
El simple nombre "cuarto de interacciones" asustaba de sobremanera a Sanha.
No sabía dónde era eso, pero siguió desde lejos y sigilosamente a Rocky, quien ya debía conocer las instalaciones a la perfección.
No muy lejos de donde se hayaban, se encontraron con la susodicha habitación, donde todos los internados estaban adentrándose con desgano.
El lugar estaba repleto de asientos de distintos tipos. La mayoría optaba por los sofás de terciopelo, mientras que los que llegaban últimos tenían que sentarse en las banquetas de madera sin respaldo.
La cantidad de gente que había en ese hospital psiquiátrico era demasiada. Tanto así que Sanha comenzó a sentirse mareado.
Optó por sentarse en el suelo de una de las esquinas del cuarto, para pasar desapercibido lo más que pueda. Allí estaría sólo y la gente se fijaría menos en él.
Rocky, desde otra punta del lugar, divisó a su roomie y lo miraba cada tanto de reojo.
Luego de unos minutos, ya todos acomodados en sus sitios, ingresó un hombre calvo y con anteojos al salón. Tomó asiento en un lugar libre al medio de todos los demás. Por lo visto, ese lugar era exclusivo para él.
Aclaró su garganta y con voz potente comenzó a hablar.
— ¡Buen día a todos! —Saludó con alegría.
No todos respondieron, y los que lo hacían era de pura cortesía.
— Sé que hay gente nueva, así que le pediré a quien sea nuevo en esto que se presente.
El pelinaranjo abrió sus ojos de par en par y su respiración comenzó a acelerar.
No quería hablar, no quería que nadie lo vea. Tenía miedo de que se burlen de él, de que se vea como un estúpido. Tenía miedo de hacerlo mal.
No dijo nada, prefirió quedarse callado en su lugar para pasar desapercibido.
— Umm, ¿nadie? Pero me dijeron que llegó alguien llamado... Yoon Sanha. —Prosiguió el hombre.
El mencionado tragó en seco y observó cómo Rocky lo miraba. Se había dado cuenta de su ubicación.
— Él es Yoon Sanha. —Rocky lo delató con su dedo índice.
Todos se dieron la vuelta a observar al menor, quien se hallaba congelado.
Sus manos comenzaron a sudar y sus dientes a tiritar. Estaba siendo el centro de atención. Sentía que iba a desfallecer en cualquier momento.
— Oh Sanha, ¡estás muy lejos! Pero si estás cómodo allí está bien. ¿Quieres presentarte? —Sonrió.
Sanha asintió dudoso y tosió un par de veces.
— Hola, me llamo Sanha... Tengo dieciséis años. —Se limitó a decir en un leve susurro.
— Bueno, se ve que eres un chico de pocas palabras. —Rió— Te explicaré, nosotros aquí hacemos terapia en grupo. Hablamos de lo que nos interese en el momento. Tratamos de que sean conversaciones optimistas.

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Locked ; Rocksan || ASTRO
Fanfiction《Yoon Sanha era el nuevo residente del hospital psiquiátrico, donde conocería a un antiguo y audaz paciente, quien se interesaría en el estado mental de su nuevo compañero.》 • Rocksan= Rocky x Sanha. • Esta historia tratará temas delicados. Se recom...