Locked ; Rocksan || ASTRO

Ballet.

— ¿Me dices que piensas constantemente en que la gente está viéndote y juzgándote? —Dedujo el psicólogo Dongmin.

Sanha asintió efusivamente.

— Pero si la mayor parte de este internado no te conoce, Sanha.

— Están prejuzgando. —Señaló.

— Yo creo que las personas que están aquí dentro ya tienen suficientes problemas como para andar fijándose en los de los demás. —Elevó sus cejas.

— No importa. La gente es mala... Siempre están mirándome como la basura que soy.

Dongmin mordió su labio inferior mientras anotaba en su cuaderno.

— Te encargaré una tarea para tí el día de hoy. —Apoyó su mentón en la palma de su mano— Harás alguna actividad de las que disponemos aquí dentro y que conlleve a interactuar con otra persona.

Sanha abrió sus ojos como dos platos y negó con la cabeza.

— ¡No, no, no! —Exclamó— Ni en mis sueños.

— Pero Sanha, en los días que has estado aquí todavía no realizas ninguna actividad, además de las obligatorias, en las cuales nunca participas ni te integras realmente.

El menor suspiró y jugó con sus manos.

— No sé qué actividad podría hacer... —Susurró.

— Tienes un gran abanico de opciones. —Sonrió— Ajedrez u otros juegos de mesa, dibujo, gimnasio, talleres de costura, de idiomas, ¡o muchas otras cosas! En las carteleras de los pasillos hay más información.

— Mmm no sé... —Infló sus mejillas.

— Bueno, tienes todo el día para buscar alguna actividad. Mañana te preguntaré y a mí no podrás mentirme. —Rió.

Sanha asintió con pesadez y acto seguido se levantó de su silla.

— Es todo por hoy. Hasta mañana, Sanha.

El colorado saludó con cortesía a su psicólogo y salió del consultorio.

Ese día no había asignada ninguna actividad obligatoria, por lo que sí o sí tendría que dedicarse a buscar algo que hacer.

Nada de lo que Dongmin había mencionado le agradaba. Era un chico que no tenía muchos pasatiempos que digamos. Solía aburrirse demasiado allí dentro del internado, por lo que ya hasta le emocionaba asistir a las sesiones de Dongmin, pues era lo único interesante que hacía durante el día, y con él podía expresarse tranquilamente sin sentir temor.

Caminó por el pasillo de entrada del lugar y leía los carteles pegados por las paredes.

Justo encontró lo que buscaba.

"Actividades recreativas" era el título en la cabecera del papel.

Numerosas actividades estaban escritas. Incluyendo algunas como pastelería o natación. Nada llamaba su atención, pero algo tenía que hacer.

Decidió recorrer las instalaciones para ver con qué se encontraba. Pues ya habían pasado algunos días allí dentro pero se limitaba a estar siempre en su habitación, el comedor o el hall de entrada.

Salió al patio trasero, era enorme y muy acogedor. Lleno de césped y con una piscina en medio. No había nadie, pues era la hora de la siesta, y quienes no dormían preferían ir a la sala de lectura o ver la televisión en el hall.

Caminó con cuidado de no caerse debido al terreno desparejo y llegó del otro lado del jardín, donde había un enorme galpón.

Con cuidado empujó la pesada puerta de chapa y asomó su cabeza. Era el gimnasio. Decidió adentrarse.