Terapia.

2.5K 401 162
                                        

— Me enteré que anoche casi ni tocaste tu cena. —Reprochó con enojo la directora al menor en presencia de todo el mundo durante el desayuno.

Rocky prestaba atención a las reacciones de su compañero, quien sólo se encontraba cabizbajo mirando su plato de cereales.

— No te irás hasta que termines tu plato. Luego serás controlado durante todas las otras comidas. —Negó con la cabeza— ¡Pesas como una pluma! Cambiaremos eso.

Sanha asintió con lentitud y comenzó a comer su desayuno. Cuando la directora se retiró, Rocky habló.

— No te dejaré ir hasta que termines todo. Te estaré controlando. —Señaló sus ojos para luego señalar los de Sanha.

El menor hizo un pequeño puchero y asintió. Tuvo que comerse su comida con sabor añejo. Después de todo, se suponía que había ingresado a aquel hospital psiquiátrico para ayudarlo a mejorar su calidad de vida.

Tal y como lo prometió, Rocky se quedó esperando que el menor terminase correctamente su desayuno a pesar de que él lo terminó bastante antes.

— ¿Qué hacemos luego de comer? —Preguntó Sanha rompiendo el hielo.

— Probablemente a tí te hagan tener tu primera sesión con el psicólogo, así se conocen. Luego tendrás que asistir todos los días. —Explicó.

— ¿¡Todos los días!? —Se quejó— ¿Tú igual?

— No, a mí me redujeron a sólo dos veces por semana debido a mi notorio progreso. —Sonrió.

— ¿Desde cuánto tiempo estás aquí?

— Un año.

Sanha abrió sus ojos de par en par.

— ¡¿Tanto tiempo?! ¿Te darán el alta pronto? —Dijo esto último en apenas un susurro un tanto triste.

— Que esté mejor no quita el hecho de que siga teniendo esquizofrenia, ya que esta no tiene cura, y en mi casa haya una niña pequeña. Al menos hasta que ella no crezca y entienda mi problema del todo, dudo volver. —Se encogió de hombros.

— Ya veo... —Agachó su cabeza— Tú no tienes la culpa... Podrías estar tranquilamente en tu casa.

— Me da igual. Se está bien aquí.

— Si tú lo dices...

— Te acostumbrarás, niño. —Rió.

Cuando Sanha terminó por fin su comida, salieron al hall del edificio, donde se encontraba un jóven hombre sonriéndole al par de chicos.

— Él es mi psicólogo. —Susurró Rocky en el oído del menor.

— Hola Rocky. —Chocó la palma de su mano con la del mencionado. Habían acostumbrado a saludarse de esa forma— ¿Tú eres Yoon Sanha? —Miró al pelinaranja.

— Sí, soy yo...

— Yo seré tu psicólogo diario. —Le sonrió— ¿Vienes a mi consultorio?

Sanha asintió y se dispuso a seguirlo, pero antes, Rocky lo detuvo para hablarle.

— Tienes suerte, él es realmente bueno. Confía en él, por favor. —Le susurró y dejó al menor irse.

Sanha caminó con desgano detrás de aquel hombre un poquito más bajo que él, quien iba con sus manos en los bolsillos de su chaqueta a paso relajado.

Entraron a un cuartito color blanco con algunos adornos y mucha iluminación. El lugar era acogedor.

— ¿Dónde quieres, en la silla o en el sofá? —Señaló ambos asientos.

Locked ; Rocksan || ASTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora