Dar pasos es lo que mi cuerpo trata de hacer, pero cuando el llamado se repite a través de los megáfonos del hospital me inquieto un poco más.
Mis manos aun queman, y mi piel aun resiente el golpe de aire que tengo conforme avanzo a pasos agigantados.
Me duelen los labios.
Y si quisiera hablar de mis pensamientos, estos, son más que una maraña, se han convertido en un laberinto cuyas paredes se mueven y no existe alguna salida.
He perdido más que la cordura en un solo momento, he cedido a mis bajos instintos mientras mi cuerpo se apoderaba del de mi pasante con una necesidad explícita, con la misma ansiedad de mi corazón por bombear sangre y mantenerme con vida.
Y él había correspondido.
Maldito el momento en que sus labios se atrevieron a moverse sobre los míos, en que sus manos se atrevieron a jalarme contra él, porque en ese mismo momento el depredador interno de mi persona había salido.
Y en que forma.
Tocar, simplemente buscaba apoderarme de todo de él. Mis labios probaron su piel cual fruta pecaminosa y mis manos recorrieron las curvas de su cuerpo cual estatua de Miguel Ángel tallada a la perfección.
Mis manos se hicieron dueñas de su cuerpo, de masajear y buscar marcar la pálidez de su piel. No había pensamientos coherentes en aquel momento, no cuando mi cuerpo ardía cediendo ante sus súplicas de más, de seguir con más.
Y sus benditas caderas se movían con tanta torpeza que hincharon mi ego por eso, por hacer que alguien virgen me deseara con la misma lascivia que yo.
Hubiera limitado mis pensamientos en este momento donde atiendo a la paciente y ordeno preparen el quirófano con rapidez.
Pero si mis actos hubieran sido netamente primitivos, carnales, si mis acciones no hubiesen tenido una pizca de sentimiento, no me hubiese detenido tal cual lo hice...
Ese es el punto, me detuve.
Cual hombre enamorado. Como si lo hubiera cortejado cual caballero me detuve.
Incluso mi nariz se deslizo por la tersa piel de su mejilla como disculpa por tener que dejar, y aquí... aquí cuando mis ojos se deslizan por el ceño fruncido de hombre de tez blanquecina, de una estatura similar a la mía que me analiza con curiosidad, que mis pensamientos se vuelven más reales.
Y me doy cuenta de que quizá Jongdae y Junmyeon han tenido razón, que sus ojos han sido capaces de leerme y anticipar mis sentimientos antes de que yo mismo los reconozca.
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Doctor Wu | KrisHun
FanfictionSehun es demasiado joven, pero pese a su edad está en búsqueda de ser el mejor médico de su generación y en una de las muchas conferencias en las que participa lo conoce a él. Yi Fan nunca había reparado en nadie. Todos son aburridos y patéticos...