La oscuridad en mí

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—Doctor Wu, es increíble los resultados que ha obtenido, me sorprende el desempeño que ha mostrado en éstos días y...

Cada año desde mi graduación en la escuela de medicina mi vida se lleno de completos y estúpidos cumplidos por parte de mis ex-profesores.

Suspiro mirando mi reloj desesperado por la situación en la que me encuentro. Primero que nada finjo sonreír porque no me siento cómodo, intento no parecer grosero con quienes fueron mis mentores y hago venias ante los cumplidos que recibo.

¿Qué tiene de interesante ser médico a los 29 años?

Ah...claro, dos especialidades en el área de cardiología y cirugía en la misma área, por eso es que estoy metido aquí de nuevo, en mi vieja universidad dónde me juré nunca volver... Malditos sentimientos.

Mi conferencia se ha retrasado media hora, me fastidia el hecho de tener que esperar para poder comenzar con algo que prepare por dos días. Me maldigo de nuevo porque sé que he dejado pasar mucho tiempo aquí, ¿debería irme?, ¿por qué sigo aquí? 

—Maldición...

Murmuro dando mis pasos lentos hacia la sala de conferencias y empujo la puerta con la misma lentitud. Analizo la audiencia y siento asco de la forma en la que todos están sentados con sus batas blancas, ¿se creen dignos de portar una de ellas?

Solo escucho sus ideas de salir a tomar el fin de semana y "saltarse" la clase de Historia Médica porque es aburrida. Móviles lujosos, zapatos relucientes y esas expresiones de superioridad me enervan hasta apretar mi puño. 

De repente siento ganas de ponerme en el estrado y gritarles que son una bola de incompetentes, ¿crees que un título los hace ser médicos de verdad?

Suelto una amarga risa y recuerdo mis días en éstas mismas aulas donde mis compañeros solían huir de mí, por mi altura pero sobre todo por el carácter de mierda que siempre he tenido. Solía ser más joven que los demás lo que desencadenó que al inicio mis compañeros buscaran hacerme producto de sus burlas, también debo sumar que logré estudiar aquí por una beca gracias a mi buen cerebro y eso generaba una buena ración de burlas hacia mí que intente no tomar en cuenta al inicio, claro que por mi estupenda forma de ser terminé rompiéndole dos costillas al tipo más temible del lugar.

Así fue como me convertí en el "Monstruo de medicina".

  — Ya está listo, me disculpo por las molestias, Wu 

Mi viejo profesor sonríe y es al único que no me molesta hacerlo. Empujo la puerta mirando con odio y desprecio puro a los inútiles frente a mí, estoy por decir algo pero alguien tose llamando mi atención. Olía a moras agridulces.

Lo veo subir, joven...esa piel pálida. Entra al lugar con algo de torpeza, parece nervioso por lo que su rosado labio inferior tiembla, su mirada está gacha y puedo notar la abundancia de sus pestañas y las mejillas rojizas alzarse en su rostro...Un rostro hermoso...

Pum. 

Mi corazón late, late demasiado fuerte para mi gusto y le observo subir los escalones con unas hojas en las manos. Sus dedos son esbeltos y su piel parece tan suave que...

Pum.

Sube camina estando a menos de un metro cerca de mí y puedo notar que es más pequeño de lo que aparenta, ¿18 años?¿ Qué hace un niño de esa edad aquí? Sus hombros son anchos y se contraponen a su cintura que bajo esa bata parece tan diminuta anchándose conforme sus caderas se mueven mejor que las de cualquier chica que he visto y sus piernas largas terminan de dar pasos dejando ver esa espléndida figura esbelta y pálida frente a mí...

Pum.

Abre esos labios, maldita sea, muerde el inferior como un acto de nerviosismo y alza su mirada hacia mí y sonríe con la misma timidez que entró. Es tan tierno, maldición...

Pum.

Y puedo jurar que su voz me mece y me pierde en el tiempo con tan solo dos palabras, "Doctor Wu". ¿Cuántas veces no he oído esas mismas palabras en labios de tantas personas? Pero este joven, este niño está frente a mí haciendo una venia como señal de respeto y mi corazón se acelera con solo verlo y oír sus escasas palabras. Quiero oírlo una vez más y estoy a punto de tomar su hombro para sonreír justo cuando mi profesor me habla e interrumpe mi acto de estupidez.

Claro, ¿qué estás haciendo Yi Fan?, ¿en verdad pensabas tocar a un estudiante para oír su dulce voz?, ¿se te subió el aroma a moras que desprende a la cabeza y te molió el cerebro? 

  — Oh, maravilla, dos genios aquí

El anciano juntas las manos y nos mira a ambos con una sonrisa que me causa cierta añoranza, igual que mi abuelo.

— Oh Sehun es nuestro más joven estudiante y el mejor, ¿te suena familiar eso, Fan?  

Mueve su cabeza sin dejarme responder con un "Claro, eso me lo decía usted siempre" 

—Será nuestro maestro de ceremonias, por favor Sehun. 

El pequeño asiente y me vuelve a ver tímido para ir al estrado y acomodar el micrófono su altura. 

Lo intento, intento concentrar mi mirada en sus hombros y en ese cabello castaño que posee pero mi mirada viaja, viaja contra mi voluntad recorriendo desde sus zapatos subiendo con cinismo hasta su cabeza no sin antes detenerme a admirar su trasero.

Asqueroso, eso eres Wu Yi Fan, ¿cómo puedes querer alzar la bata para ver mejor su forma? Pero deberían verlo, de lado se aprecia mejor porque él comienza a hablar sobre un discurso que debió aprenderse anteriormente.

Soy poco consciente de que mi profesor me ha estado hablando sobre Sehun."Sehun"... 

  — Tiene un talento natural para esto, estaría fascinado de que lo aceptaras en sus pasantías...sé que harían un excelente equipo de trabajo. Oh, ya es tu turno. 

  — Sí.

Suelto lo más natural que mi voz permite y camino al estrado con la mirada fija en mi público, él pasa a mi lado y su dulce aroma me atrapa mirando por microsegundos su cuerpo bajar a los primeros lugares en un silencio sepulcral por parte de los estudiantes que me miran asombrados, o mejor dicho, asustados.

Excelente.

Tomo aire con cuidado de no parecer nervioso y comienzo a hablar sobre mi tema viendo como todos toman notas como locos, ¿a caso tendrán un examen?

Estoy tan concentrado en su sufrimiento por la toma de notas que cuando vuelvo mi mirada hacia él y noto su sonrisa guardo silencio y analizo la situación de diferencia a los otros. No escribe, no toma nota de nada, solo me observa con un asombro puro, sin miedo, fascinado por lo que digo...pero mi mente juega y me susurra que no, no son mis palabras...es por mí.

Frunzo el ceño buscando el hilo de mi exposición.

"Concéntrate". 

   Y es cuando me doy cuenta de que algo no va bien cuando mi corazón vuelve a latir con fuerza cuando ese niño me sonríe y yo solo suelto mis palabras con mayor brusquedad. 

Algo está mal. Muy mal en mí.

Doctor Wu | KrisHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora