Torpe

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  —  ¿En serio te gustó su conferencia? Vamos Sehun, parecía que estaba ahí para asustarnos, no entiendo como lo admiras si mata a una mosca con solo respirar.

Toma un sorbo de jugo de una forma escandalosa que pienso podría subirle a la cabeza y salir por la nariz, ah, eso sería tan gracioso. Pero para mi mala suerte sigue hablando mientras mastica y yo solo miro el plato medio vacío frente a mí.

— Incluso parece un Christian Grey prepotente, oh...

Su rostro se ilumina y comienzo a temer por mi propia salud mental.

— ¿Acaso te gustaría ser azotado por el gigante ese ? Vaya, no sabía que el pequeño doctor tuviera esos gustos. Me hubieras dicho que te gustaba que te pusieran así y lo hubiéramos inten...

— Yixing, ¿ por qué no vas por un poco de esa pasta que están sirviendo ? De repente, tengo un hambre increíble y también unas ganas enormes de hablarle a todos sobre la vez que intentaste seducir al profesor Kim en el aula de capacitación.  Ya sabes, si estoy comiendo no puedo hablar.

Le sonrío con cinismo puro y puedo notar como gruñe pero se pone en pie con su plato y se dispone ir a la mesa de bufete. 

Zhang Yixing, es el único amigo que he tenido, un tanto coqueto conmigo al cumplir los diecisiete años pero poco después de ello conoció al nuevo profesor de Patología Clínica, Kim Jun Myeon y decidió acosarlo con cierto éxito. No me interesa saber que embrollos tiene con él, me basta con verlo caminar adolorido todos los lunes para darme cuenta de su situación. 

Muevo el tenedor que tengo en mi mano con cierto pensamiento que ronda mi cabeza desde que terminó la conferencia. 

Había salido bien, supongo, porque todos estaban atentos tomando nota de lo que el doctor Wu mencionaba, sin duda un experto en cardiología.

Había salido tan bien que mi cerebro comenzó a trabajar solito y le ordeno a mis músculos, que le dijeran a mis labios que comenzaran a sonreír embelesado por la forma en la que el galeno movía sus manos. Y entonces mi cerebro comenzó a atrofiarse de la forma más absurda posible y mi cuerpo comenzó a sentirse observado de forma poco correcta por los ojos café de ese hombre que mide casi dos metros. 

Si no fuera porque mi maestro me indicó que debía subir a agradecerles a todos, me hubiera quedado feliz y tonto en mi silla observando como el doctor Wu continuaba con esos ademanes moviendo sus enormes manos, que en cierta forma, me parecían...excitantes. 

Cuando el doctor terminó su asombrosa conferencia yo sabía que la cardiología era una rama sumamente interesante y compleja, pero sobre todo, que yo no podía evitar temblar frente al doctor Wu, por eso, cuando él tosió después de que yo dijera con algo de nerviosismo los agradecimientos, mi voz chilló como la de una ardilla frente al micrófono.

Gracias a Dios que el audio del micrófono se había ido y que Yixing llegó como cabra loca a jalarme porque según él su jugo favorito de calabaza se acabaría pronto. Lo que Yixing no sabe, es que aquí todos odian el jugo de calabaza y solo lo sirven porque el doctor Kim es pariente del chef y busca complacer a su novio o lo que sea que sea Yixing. 

Solté un suspiro de pesar, si por algo me preste como maestro de ceremonias era porque sería más fácil hablar con los exponentes y obtener un poco de ellos. No, no en el mal sentido, lo digo profesionalmente, aun conservaba la esperanza de encontrar al anciano expositor de Contingencias sanitarias para pedirle una oportunidad de ingresar al hospital central de la capital como pasante por los últimos ocho meses. 

Volví a suspirar cuando mi pasta se terminó y con sumo pesar me puse en pie mirando como la salsa se movía conforme yo caminaba hasta la mesa de bufete y me servía otra buena ración.

Doctor Wu | KrisHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora