La verdad es que desde que conoció a Dawson todos los fines de semana se le hacían largos. Quizás era hora de lanzarse al vacío, de intentar algo que nunca antes había hecho.
Ana era valiente, pero también era prudente y nunca se arriesgaría con esto. No con tanto en juego.
Como siempre, Helena la ayudaba.
-Es que...no se ni explicartelo. Sabes perfectamente que estas cosas no me pasan. Por eso cuando pasan sé que pasa algo. Y me he dado cuenta porque estamos a sábado, ha pasado menos de un día y quiero verlo otra vez-Explica Ana, al borde de la desesperación.
-Buenoo, el asunto se pone interesante- Dice Helena.
-Te hablo en serio.
-Vale, vale. Cuéntame.
-¿Es normal soñar dos días seguidos con una persona? Estoy confundiendo mi realidad con mis sueños y ya no se en qué mundo vivo. Tendrías que verle cuando se ríe, tiene unos hoyuelos tan bonitos... Cuando se enfada ya ni siquiera me lo puedo tomar en serio, empiezo a reírme y acabamos riéndonos juntos. Lo mejor es cuando estoy baja de ánimo, y yo... no sé que hace Helena, no lo sé. Es como si tuviese una especie de magia que me quita la tristeza-Ana se calla y se recuesta mirando al cielo.
-Madre mía. Estás peor de lo que pensaba. Estamos en el grado 3 de 'enamoramiento'. Tú decides si seguir-Dice Helena mirándola con cara de preocupación pero a la vez ilusionada.
-¿Desde cuándo decidimos de quien enamorarnos? En realidad sería lo ideal, todo sería mucho más fácil, pero es tan falso como mis sueños-
-Saluda a la negatividad de mi parte. Y, no decides de quién enamorarte, es verdad...
-Pero si decidimos dejar de querer o seguir queriendo-La interrumpe Ana- Aunque dejar de querer, cuando en realidad sigues enamorado, es una de las peores cosas que le puede pasar a uno-
-Tiene que ser duro. Pero nunca lo comprobarás Fuster porque no tendrás que huir de nada. Según todo lo que ha pasado las cosas van bien. Estoy convencida. Sólo hay que esperar-
-Me hace gracia la gente que dice: Sólo hay que esperar. Como si esperar fuese lo más fácil del mundo, como si el tiempo pasara rápido para los que no entienden nada, o para los que les duele algo. Esperar no es fácil, al contrario, es lo más dificil que existe.
-¿Te refieres a que es mejor irse o rendirse antes que seguir esperando?
-Ahí, querida Helen es donde se comprueba si el amor es de verdad. Quien te quiere no se va, ni siquiera aunque le pidas que te olvide. Esa persona seguirá recordándote siempre porque te quiere de verdad, y tú la recordarás cuando no tengas a nadie que te quiera así. Eso, al fin y al cabo, es estar juntos de alguna extraña forma.
-Pues sí¿Por qué será que recordamos el pasado cuando perdemos algo importante en el presente?
-Esa pregunta es fácil. Piensas en lo que pudo haber pasado si hubieses tomado una decisión distinta. Cuando pierdes algo en tu presente, vuelves al pasado para ver en qué momento empezó a romperse todo... y ni siquiera te das cuenta pero cuando empiezas a mirar atrás es cuando quieres que regrese lo que ya no está. Y es entonces, cuando tus ojos se abren y vuelves a la realidad. Nada de lo que antes había, sigue ahora contigo, y te arrepientes de no haber hecho o dicho cosas que en su momento habrían sido muy pertinentes para no encontrarte en la situación en la que estás ahora. Ayer lo tenías todo, y hoy, no te queda nada. Intentas recuperarlo... pero aunque lo recuperases, lo que se ha ido es mejor dejarlo donde está, porque nunca vuelve a ser lo que era. Cada cosa, persona y sentimiento tiene su lugar donde ha de tenerlo, y el problema es que a veces queremos recuperarlo y lo único que hacemos es hacer más daño de el que ya habíamos causado.
-Vaya, pues si que era una pregunta fácil, jajaja. Pero llevas razón, excepto en que no deberíamos luchar por recuperar lo que perdimos. Todos nos equivocamos Ana y sin segundas oportunidades no llegamos a nada. -Responde Helen.
-Quizás sí -Dice Ana- Obviamente, todos nos equivocamos, pero ... entonces surge una pregunta: ¿Qué es querer realmente?¿Es quedarse siempre y volver a intentarlo o es dejar ir para que sea felíz con otra persona?
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Lágrimas blancas
Teen FictionAna Fuster tiene 17 años y, como cualquier otra persona de su edad, su objetivo es encontrarse, aunque para ello deba perderse más de una vez. Una historia llena de emoción, traición y como no, amor.