Capítulo 13

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Pero era imposible. Es imposible que Él se fijara en Ella. Al menos eso le parecía hasta que dejó de parecerlo el día que Dawson se decidió a dejar las cosas claras.
-No quiero liarme más. No quiero perderme más cosas de tí y, si me pierdo, quiero perderme contigo. Aunque quizás ya estoy perdido y sólo me he montado una película. No soy de dar explicaciones Ana. Me conoces y lo sabes. No me gustas. Me encantas y si lo que siento por tí no es correspondido lo entenderé. Sólo responde: ¿Quieres acompañarme a perderme o ya me consideras un caso perdido?-
Paralizada, aturdida de emociones, desconcertada, abrumada... pero en el buen sentido, Ana respondió:
-Al, no sabría decirte si me sentiría perdida sin tí, pero sí se que nada me gustaría tanto como abrir los ojos y encontrarte conmigo.-
-¿Por qué parece que siempre te preparas las respuestas?-Pregunta Al sonriendo. Los ojos le brillan y se nota su radiante felicidad.
-Porque ya había soñado demasiadas veces con este momento.- ﹰResponde ella y se queda callada mirándole a los ojos, intentando entender cómo podía existir alguien tan ... tan como él. Parecía hecho a su medida. Directo y sincero Allan Robert Dawson había conseguido conquistar más de la mitad del corazón de Ana. Y eso era más de lo que nadie nunca había logrado.
Él la mira, cual alpinista llega a la cima de la montaña, cual pianista termina de tocar su mejor pieza, cual niño consigue su primer trofeo después de tanto esfuerzo. Pero le dan igual los aplausos que no escucha en la cima, los aplausos del público embravecido, y los de los compañeros de clase ilusionados.
Ahora solo le importa una cosa: Ella.
-He tenido que esperar a un día nublado para decírtelo.-Dice Allan. Ana se ríe y parece que su corazón quiere dejar de formar parte de su cuerpo, porque quiere salirse de su pecho.
-Allan Dawson te odio por ponerme tan nerviosa y ,además, a tí te habría dicho que sí incluso si hicieran cuarenta grados.-
-Ana Fuster. Estas loca, definitivamente. Me arrepentiré de esto, pero cuando quiera irme ya será demasiado tarde. ¿Por qué lo presiento?-
-Porque ahora ya no voy a dejar que te vayas nunca.

Lágrimas blancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora